Al cante, la historia viva

Manuel Romero Pantoja es una muestra de aquellas personas que forman el Patrimonio Inmaterial

1. Manuel Romero Pantoja, en el bar Pasaje de la calle Luis Montoto.  2. Imagen promocional de Romerito de Jerez en los años 80 del siglo XX.
1. Manuel Romero Pantoja, en el bar Pasaje de la calle Luis Montoto. 2. Imagen promocional de Romerito de Jerez en los años 80 del siglo XX. / José Ángel García
Reyes Rocha

10 de febrero 2018 - 23:18

El flamenco es un árbol en el que las raíces hacen que las ramas nuevas crezcan fuertes y den fruto. La evolución de los cantes y bailes es posible gracias al trabajo de anteriores figuras que, en otra época han llevado el flamenco por numerosos tablaos no sólo en España. Éste es el caso de Manuel Romero Pantoja, Romerito de Jerez al que conocen los aficionados por sus saetas, soleás, seguiriyas, bulerías, tientos y tangos.

Junto al guitarrista Paco Cepero, son el legado vivo del mítico disco Canta Jerez (Hispavox 1967) y un testigo de la historia del flamenco del siglo XX. "Ésa fue una fiesta (Canta Jerez)que no se ha vuelto a repetir. Allí estábamos Terremoto, Sordera o Manuel Valencia. Cuando el entonces alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, nos entregó una placa conmemorativa el único que pudo cantar fui yo", recuerda. Fernando Terremoto, Manuel Soto Sordera, Sernita de Jerez, Tío Borrico, Romerito de Jerez, Diamante Negro, Paco Cepero y Paco de Antequera formaron parte de esta gran fiesta. De hecho, este disco fue Premio Nacional de la Cátedra de Flamencología de Jerez en 1968 y ha sido reeditado varias veces.

Romerito de Jerez y Paco Cepero son los dos únicos flamencos vivos de 'Canta Jerez'

Nació en 1932 y aunque, como el recuerda, "cuando el cisco que mi padre vendía no daba para comer, mis hermanos y yo cantábamos y bailábamos para ayudar en casa". Así comenzó a ganarse la vida por los tabancos jerezanos junto a Terremoto.

Aunque es conocido por sus cantes para acompañar a los bailes, sus comienzos en el flamenco fueron como bailaor con Imperio de Triana. Desde allí, en 1953, pasó a la sala Cortijo el Guajiro. Ésta era exclusivamente de flamenco, con la excepción de dos orquestas, la del maestro Moradiellos y la otra que se llamaba los Guajiros. "Yo sabía bailar y cantar, pero el baile tiene poca vida. Con la edad empiezan a disminuir las posibilidades de seguir trabajando. Sin embargo, con la edad que tengo, nací en 1932, aún continúo cantando".

De hecho, se especializó en cantar para los bailaores. "Esto ha cambiado mucho desde que empecé. Antes el cante mandaba sobre el baile. El bailaor o bailaora aguantaban la cadencia y las pausas del cantaor. Entonces era más la figura que creaba quien bailaba, las manos. Ahora el ritmo del cante lo marca el baile y la fuerza manda sobre la figura".

El Patio Andaluz en Sevilla, Torrebermeja en Madrid, el tablao de Caracol, o Las Brujas también en la capital de España, forman parte de su curriculum. De allí vuelve a Sevilla, al mítico Los Gallos. " He cantado para el baile de Matilde Coral o de Antonio El Bailarín o Farruco.

Como curiosidad, nunca quiso ir a Japón, pero estuvo en el país nipón hace unos quince años. "La gira fue de 22 días, con Curro Fernández, y me sorprendió porque sentían el flamenco como aquí y decían olé igual que nosotros".

Los viejos flamencos, como los rockeros, no se retiran del todo. "Ahora sigo con mis recitales, aunque cada vez hay menos actuaciones en las peñas. También he participado en alguno que otro curso", comenta.

"Los de mi generación hemos aprendido escuchando a los otros como Antonio Mairena o bailando con nuestros antecesores", explica Romerito, ganador de la Copa de Jerez en 1973.

Comparte, con otros flamencos que, a pesar de ser Patrimonio de la Humanidad, no se respalda lo suficiente al cante grande. De hecho, recuerda el éxito que tuvieron en la Bienal de 2014 con el espectáculo Toda una vida y no pierde la esperanza de que se acuerden de él. Una oportunidad para que los homenajes a los flamencos se den en vida. Aquí estuvieron, además de Romerito de Jerez, La Cañeta de Málaga, Curro de Utrera, Rancapino, el Carrete o El Peregrino.

En el pasado mes de septiembre Romerito participó en la sede la Fundación Cruzcampo en Sevilla dentro del programa Flamenco y Universidad.

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