Comienzan las noches más trianeras del verano

El puente de Triana se convierte en una pasarela a la Sevilla de los barrios cuando se acercan los últimos días de julio. Esos que son una retahíla de santos: Santa María Magdalena (22), santa Cristina (24), Santiago (25), san Joaquín y Santa Ana (26), santa Marta (29) y san Ignacio (31). Mucho que celebrar y ganas de fiesta. La vida es un paseo por la orilla del río, recorriendo la calle Betis del Altozano a la Plaza de Cuba y viceversa mientras se huele a una mezcla de sardinas asadas con moñas de jazmines.

Este año hay 28 casetas, una más que el año pasado porque Adelante Andalucía ha recuperado la que perdió en 2024. Casi 30 refugios para tomar algo, bailar y disfrutar del buen ambiente y la alegría con la suave brisa que, se espera, llegue del río.

Anoche Rafael Almarcha pregonó la alegría de Triana, el barrio que se crece en cada velá, cada Madrugada y cuando llega el Rocío. Las calles que siguen teniendo vecinos de los de toda la vida a pesar de la llegada de turistas y los trianeros de la diáspora que saben que cuando llegan los días de la Velá, hay que volver al barrio.

La música, la que acompaña todos los momentos de fiesta. Nunca falta. Desde el primer momento, la noche anunció que era momento de celebrar. La Banda Sinfónica Municipal y el pregón de Rafael Almarcha, acompañado como no podía ser de otro modo por Siempre Así, fueron el gran aperitivo de la fiesta que se prolongó hasta avanzada la noche. Una vez terminado el pregón en el Altozano, se encendieron todas las luces. No hay fiesta sin bombillas ni farolillos, como pequeñas estrellas que recuerdan que siempre hay una luz.

La noche se llena de fiesta, pero el día, a partir de esta tarde, desafía al calor desde lo más alto de la cucaña. Uno de los momentos más esperados de la Velá. No hay niño ni joven trianero que no haya intentado llevarse el pañuelo al final del palo y haya acabado en el río, ni pandilla que haya ido a animar a alguno de los que se atreven a desafiar la gravedad en el palo engrasado. Son pequeñas historias que se van contando de padres a hijos.

Otro de los momentos que más esperados son los Gozos de Santa Ana, en la medianoche del 25 al 26 de julio. Luces y música a cargo de la Banda de cornetas y tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas desde lo más alto de la Real Parroquia de Santa Ana.

Porque la fiesta más antigua de la ciudad –su origen se remonta al siglo XIII– sigue manteniendo su esencia. A la música, los conciertos y la cucaña (en la Velá desde 1916), se suman cada año novedades, pruebas deportivas, concursos, y sobre todo muchas ganas de pasarlo bien.

Y para que no falte de nada, el día de San Joaquín y Santa Ana (26 de julio), el reconocimiento a los trianeros más queridos. En esta ocasión, los hijos predilectos son Ángel Vela Nieto y el PuebloGitano y la trianera del año, Paz Alarcón Delgado. Como trianeros de honor: José Moreno Vega, Emilio Gayoso Figueras, Ana Pérez Bermúdez, José Antonio Vidal Durán, Juan Traverso Manzano y Amparo Rodríguez Babío. Además el premio Niculoso Pisano ha recaído en Alfonso Pleguezuelo Hernández y el de la Trayectoria Empresarial ha sido para José Manuel Crespo Cejudo. Las instituciones honoríficas reconocidas han sido a Casa de Valencia y la Hermandad de las Aguas y como premio a la solidaridad, el proyecto Esperanza y Vida de la Hermandad de la O. Un nutrido ejemplo de que en Triana saben que siempre hay que agradecer lo bueno que se hace por hacer un barrio mejor.