Un elixir que baila al compás de Cazalla

Andalucía, tierra de vinos generosos, despierta su interés por la uva tinta. Ya lo decía el crítico de vino estadounidense Robert M. Parker, "España es un gigante dormido", y Andalucía una tierra con bastante potencial. Así lo creen el enólogo Álvaro Martín y su socio Antonio Sánchez Moliní, propulsores de la empresa A2 Vino y Cultura y del caldo Compás, originario de Cazalla de la Sierra.

Este proyecto nace con la ilusión de dos amigos aficionados al vino, a la gastronomía y a diferentes movimientos artísticos y culturales, que en marzo de 2009 decidieron convertir la afición en su profesión. A2 Vino y Cultura es una empresa especializada en enoturismo que, además, ofrece un servicio de consultoría a negocios del sector de la hostelería. En la misma línea, Álvaro Martín y Antonio Sánchez Moliní organizan rutas por las diferentes bodegas de Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda y las provincias de Sevilla y Málaga, principalmente; así como cursos de iniciación a la cultura de la enología, degustaciones de caldos españoles y franceses, catas de distintas alternativas monovarietales (tempranillos, verdejos, merlots, albariños), catas-maridajes a domicilio y rutas gastronómicas en las que se enseña a apreciar productos tan diversos como quesos, chocolate, café, jamón, ginebra, whiskys. "Cada cata viene acompañada de un ritual. Nosotros no pretendemos adiestrar a nadie, sino ayudarles a que abran sus mentes", explica Sánchez Moliní, licenciado en Dirección y Administración de Empresas. "Nuestro objetivo es eliminar las barreras existentes para que todo el mundo pueda disfrutar de un buen vino".

Pero lo que diferencia a esta empresa es la elaboración y producción de un vino tinto propio: Compás. Tras un arduo trabajo de investigación y análisis de diferentes uvas, "creemos que en Sevilla se pueden hacer muy buenos vinos", indica Álvaro Martín. "Compás es un ejemplo de ello", un vino originario de Cazalla de la Sierra, tierra conocida ya por sus anisados y aguardientes. Según sus creadores, se trata de un caldo apto para consumir en cualquier época del año y que debe conservarse a una temperatura entre 16 y 17 grados. "Es un vino fresco que se puede beber en verano. Fresco, no frío. Con una marcada acidez que le da alegría", explica el enólogo.

Las pasadas navidades, los emprendedores comenzaron a comercializar la primera añada de Compás, que data de 2010, con una campaña crowdfunding que bautizaron como Apadrina un vino.

Hoy, varios establecimientos sevillanos ya lo sirven, como, por ejemplo, Baraja 20. "Se trata de un vino muy sevillano: la bodega es de Cazalla de la Sierra, las cajas de almacenaje proceden de Alcalá de Guadaíra y las etiquetas se producen en Mairena del Aljarafe", aclara Álvaro Martín.

"Andalucía es una tierra donde el vino ha tenido una gran importancia en su historia. Su clima y situación geográfica permite el cultivo de una uva de calidad. Sin embargo, diferentes factores han hecho que, con el tiempo, sólo destaquen los vinos generosos, especialmente de Jerez y Montilla, localidad cordobesa famosa, junto a Moriles, por la calidad de su uva Pedro Ximénez", señala el enólogo. "Andalucía dispone de un gran potencial para producir vinos de calidad, incluidos tintos, el problema es que la sociedad lo desconoce. En Andalucía hay cinco Denominaciones de Origen y 16 caldos con la categoría IGT Vinos de la Tierra (Indicaciones Geográficas Protegidas), dos de ellas en Sevilla, Los Palacios y Sierra Norte".

Con el fin de cultivar y elaborar nuevos caldos en otras zonas de Sevilla, A2 Vino y Cultura sigue investigando y desarrollando su faceta dentro del enoturismo. El gigante comienza a abrir los ojos.