La importancia de figurar

Aunque nació en el Sahara -su padre era militar- y vivió en distintas ciudades como Ceuta o Melilla, Manuel de Ceano-Vivas lleva más de 20 años en Sevilla. El entripado del cine y la publicidad siempre le llamó la atención, y desde los 19 años ya se vinculó profesionalmente con una productora como auxiliar de producción. La experiencia le llevó a tomar las riendas de su propio negocio y, mientras trabajaba para televisión en programas como Menuda Noche (dos años como jefe de producción) y Flash Back, se asoció con Sonsoles Cifuentes y montó su propia productora, Son de Producción, hace ya 13 años. Una empresa referente en el sector del audiovisual andaluz que, especializada en publicidad en un principio, abrió sus puertas al cine y ya ha cosechado éxitos, por ejemplo, al ser la responsable del casting de figuración de películas como La Isla Mínima.

Más de 8.000 rostros forman parte de una extensa base de datos que permite encontrar casi cualquier perfil allí. "Y si no lo encuentra, lo buscamos", indica Manuel de Ceano-Vivas, que pone como ejemplo el caso del niño actor de Entre Lobos. "Era un perfil complicado; de niño rural. No lo teníamos, así que fuimos por la Serranía de Ronda y Huelva a buscarlo y lo encontramos".

Ya sea para un spot publicitario, un evento, para un documental o para cine, Son de Producción atiende a las peticiones de cuantos directores, anunciantes, etcétera, se interesan por hallar un perfil concreto de figurante o actor secundario. "Si me piden un señor calvo, de mediana edad, feo y de clase media, buscamos en nuestra base y hacemos la prueba", detalla el productor.

Mucho ha llovido en estas dos décadas de trabajo intenso. La empresa comenzó haciendo castings para otros clientes pero, poco a poco, fue introduciendo el cine, lo que les motivó a crear la agencia de casting especializada en este ámbito, Son de Casting. "Nuestra base de datos creció muchísimo, gracias al duro trabajo que hacemos de catalogación de cada uno de los figurantes que se presentan a nuestras pruebas".

Ya son cuatro las películas para las que han trabajado: La Isla Mínima (Alberto Rodríguez), A puerta fría (Xavi Puebla), ¿Quién mató a Bambi? (Santi Amodeo) y Asesinos Inocentes (Gonzalo Bendala). En publicidad, la cuenta se pierde en firmas como Cruzcampo, Legendario, Ron Abuelo, BBVA, Coca-Cola o La Piara, entre otros.

No se trabaja igual para la gran pantalla que para publicidad. En un rodaje de cine, de media se requieren unos 500 figurantes. "Una vez seleccionados y catalogados, se realizan unas cinco llamadas a cada uno de ellos para coordinarse y todo el trabajo es muy rápido, estresante", explica Manuel de Ceano-Vivas, que añade: "Este ritmo frenético nos ayuda a resolver con mayor rapidez y efectividad encargos de menor envergadura".

De La Isla Mínima destaca la complejidad del perfil que se requería para los figurantes, "de gente muy cerrada". De ¿Quién mato a Bambi? narra la anécdota de cómo no fue nada sencillo localizar y convencer a gente de "alto standing" que quisiera figurar en las escenas.

Aunque algunos lo consideren algo menor, lo cierto es que la figuración es tan relevante como la escenografía o los propios actores principales. "Todo tiene que cuadrar a la perfección; ese es nuestro gran reto. Cualquiera no sirve para una escena, tiene que cumplir el perfil que se busca en cada escena. Es un trabajo laborioso para lo que hay que tener psicología y mucho ojo".

Es, precisamente, esta meticulosidad lo que ha hecho grande a esta empresa, que tiene su set de casting junto a la Alameda de Hércules, en la calle Joaquín Costa, pero que cuando realiza pruebas de selección multitudinarias, para unas 2.000 ó 2.500 personas, se busca emplazamientos mayores como la Casa de las Sirenas. Siempre con el fin de hacer realidad la magia del audiovisual.