Los tres misterios de la calle Alemanes de Sevilla

La calle Alemanes es una de las principales vías del casco histórico sevillano, y también de las más antiguas. Muy cercana al Barrio de Santa Cruz, Barrio de Santa Cruz,es un punto clave para contemplar de cerca la Giralda y la Catedral de Sevilla, ya que la encontramos en la fachada norte del templo: va desde la Avenida de la Constitución a la calle Cardenal Carlos Amigo (anteriormente calle Placentines). Una calle que esconde tres interesantes secretos que no todo el mundo conoce.

Gracias al blog Sevilla, vida y leyenda, hemos podido saber que el origen de esta calle la encontramos en el S. XII, cuando se construye la mezquita aljama, que tenía en esta calle la fachada principal y de la que aún podemos encontrar restos, como la Puerta del Perdón o el Patio de los Naranjos. La vía tomó el nombre de Alemanes en torno al año 1870 debido a la colonia de comerciantes alemanes asentados en la zona, al igual que las calles Placentines, Génova, Catalanes o Gallegos, hacían referencia a los lugares de origen de estos vecinos, habitantes de esta cosmopolita ciudad que fue Sevilla.

Una de las características de esta calle son sus soportales, algo muy extendido por toda la ciudad, aunque son solo pocas las viviendas que aún lo conservan, ya que muchos de los soportales desaparecieron en el S. XVIII. Precisamente con estos antiguos soportales tiene que ver el primero de los secretos: una de las columnas más curiosas la encontramos en la casa que hace esquina con la calle Hernando Colón. En el capitel de esta columna podemos leer la siguiente inscripción: "Arias Correa la labró esta su casa año 1591", refiriéndose al propietario de la casa.

Muy cerca de ella, encontramos el segundo de los secretos: una inscripción, hecha en una de las vigas a la altura de la vivienda de la casa del nº 9. La inscripción muestra el texto "Soi de Kreibig". ¿Qué significa? En el blog mencionado anteriormente, podemos observar que hay dos versiones sobre el origen, que se descubrieron cuando en enero de 1982 un señor escribe al director de la sección de un diario de la ciudad. En su carta comentaba que ha visto una inscripción en los soportales de la calle Alemanes y solicitaba información para poder averiguar su origen. Como respuesta, se reciben dos cartas de lectores en el periódico: una habla de que la misteriosa inscripción es fruto de una broma que Rodolfo, un sevillano nieto de alemanes afincados en Sevilla, quiso dejar para la posteridad en el año 1933. La otra carta da una versión que se remonta al siglo XVIII y habla de un comerciante de cristal procedente de Bohemia. En este caso, la inscripción podría ser un reclamo a modo de cartel publicitario, situada probablemente en la entrada del comercio y que, tras desaparecer este, fuera retirada de la entrada y se aprovechara como viga para el soportal.

El tercero de los secretos, lo encontramos en la Puerta del Perdón, que da acceso al patio de los naranjos. A la derecha de la puerta encontramos a San Pablo, que tiene tres manos. La tercera mano en cuestión está sosteniendo la escultura de San Pablo, quien es una especie de hombre elástico, ya que se mete la mano en su ropa y la saca por debajo. La próxima vez que pases por la Puerta del Perdón no te olvides echarle un vistazo a la tercera mano del santo.