Un policía con alma de motero

Entre sus recuerdos de la infancia mantiene bien fresca la imagen fotográfica en la que aparece junto a la vespa de su padre. "Una vespa con la que, en aquellos años, se fue hasta Portugal con mi madre de viajes de novios". El "gusanillo" por el mundo de las motos se lo inoculó su padre y la pasión por ellas, poco a poco, la ha ido cultivando hasta llegar a ser presidente del motoclub Alas de Ley APM Sección Andalucía, creado en Cantabria en 2008 y con representación en la región desde 2009. La peculiaridad de este club es que todos sus componentes pertenecen a cuerpos de seguridad (Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local). En el caso de Juan Manuel Ochavo, lleva más de 20 años en el cuerpo de la Policía Nacional, "los mismos que como aficionado a las motos". Por sus manos han pasado distintos modelos; hoy, sale a carretera con una Harley Davidson Street Glide. Le acompañan sobre el asfalto una docena de asociados que, comenta Ochavo, "por ser policías o guardias civiles no se distinguen de cualquier otro motorista, aunque como motoclub nos lo tomamos bastante en serio". Entre las actividades de Alas de Ley, destacan las concentraciones moteras, de policías o no, -"hemos asistido a Pingüino, a Faro..."-, las que llaman "domingueras" o las que realizan en familia como viaje de ocio. Y es que, "más que un motoclub, somos una hermandad", desde la que también se lucha contra los guardarraíles o por el uso del casco.