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Camino de Santiago

Camino de Santiago desde Sevilla | Etapa 17 de la Vía de la Plata: Aldeanueva del Camino-Valverde de Valdelacasa

Vistas de Baños de Montemayor, con su embalse al fondo.

Vistas de Baños de Montemayor, con su embalse al fondo. / Emilio J. de los Santos

Toca despedirnos de Extremadura. Nos quedan unos 10 kilómetros antes de salir de Cáceres y entrar en Salamanca. En esta etapa, las montañas serán nuestras compañeras. Atravesaremos el Sistema Central por la comarca de la Sierra de Béjar, viendo al oeste la Sierra de Francia. No llegaremos a sufrir pendientes demasiado empinadas, pero el Camino irá ascendiendo poco a poco hasta colocarse en cotas más altas de la Meseta Central.

Esta etapa guarda muchos detalles bonitos, como este puente sobre el Río Baños Esta etapa guarda muchos detalles bonitos, como este puente sobre el Río Baños

Esta etapa guarda muchos detalles bonitos, como este puente sobre el Río Baños / Emilio J. de los Santos

El recorrido tiene 30,5 kilómetros. Es bastante asequible porque atraviesa varias poblaciones con servicios para el peregrino. Incluso ofrece la posibilidad de pernoctar en alguna localidad intermedia.

Las montañas nos brindarán un bonito amanecer en esta etapa. Las montañas nos brindarán un bonito amanecer en esta etapa.

Las montañas nos brindarán un bonito amanecer en esta etapa. / Emilio J. de los Santos

La salida de Aldeanueva del Camino es sencilla: hay que buscar la calle Severiano Masides hasta incorporarnos a la N-630. Siguiendo su lateral vamos dejando atrás las casas hasta llegar a un polígono industrial con una glorieta. Tomamos la salida por la derecha para cruzar la A-66 por un paso elevado hasta otra rotonda. En ésta, vamos a la izquierda buscando el Arroyo Romanillo. Posteriormente, dejamos a la izquierda un área de servicio con el Hotel Roma y superamos el Río Ambroz.

Un miliario romano restaurado. Veremos varios en esta jornada. Un miliario romano restaurado. Veremos varios en esta jornada.

Un miliario romano restaurado. Veremos varios en esta jornada. / Emilio J. de los Santos

En esta etapa lo menos agradable lo tenemos al principio. Tenemos ante nosotros un tramo de carretera de unos 4 kilómetros hasta llegar al Camping de Las Cañadas. Por suerte, más allá de asfalto, el paraje es muy bonito, ya que las montañas cada vez las tendremos más encima y pueden maravillarnos con un bonito amanecer. De momento, el ascenso es muy suave, apenas perceptible.

Ermita del Humilladero, antes de llegar a Baños de Montemayor. Ermita del Humilladero, antes de llegar a Baños de Montemayor.

Ermita del Humilladero, antes de llegar a Baños de Montemayor. / Emilio J. de los Santos

Tras pasar el camping, el camino nos sacará por la derecha por un carril paralelo a la carretera durante medio kilómetro. Tras reincorporarnos al arcén, volverá a desviarnos por otro sendero a la izquierda. Así acabamos llegando a Baños de Montemayor, última localidad cacereña y una parada ideal para desayunar.

El pueblo cuenta con una arquitectura propia de la zona muy bonita. Tiene un balneario del siglo XIX, construido sobre unas antiguas termas, y uno de los pocos molinos hidráulicos en funcionamiento del país. Conforme vayamos subiendo por sus calles y hayamos salido de sus límites, si nos volvemos, veremos una espectacular panorámica del municipio con el Embalse de Baños de Montemayor justo detrás.

Vamos por la izquierda al ver este crucero. Vamos por la izquierda al ver este crucero.

Vamos por la izquierda al ver este crucero. / Emilio J. de los Santos

Eso sí, el tránsito por el pueblo es algo enrevesado. Entramos por la carretera N-630 (se llama Avenida de las Termas dentro de la población) y en la primera bifurcación, donde vemos la reproducción de un miliario indicando que faltan 569 km hasta Santiago, vamos a la derecha. Dejamos la iglesia con el crucero que hay justo después también a la derecha y subimos por la Calle Mayor serpenteando hasta ver el Ayuntamiento. Desde aquí, vamos por la Calle Vía de la Plata. A la derecha, tomamos la calle Castillejo, que da un quiebro siguiendo una fachada, hasta desembocar en la carretera CC-16.2. Todo esto va en una subida más pronunciada.

Subiendo la calzada romana veremos otro crucero. Subiendo la calzada romana veremos otro crucero.

Subiendo la calzada romana veremos otro crucero. / Emilio J. de los Santos

La carretera nos conduce hasta una curva en herradura. Salimos del arcén por la derecha y tomamos la calzada romana restaurada que ya sí va en claro ascenso. En los próximos 3 kilómetros vamos a subir 200 metros. Si necesitamos tomar el aliento, hay otro crucero con unas vistas espectaculares.

La calzada se acaba y las marcas nos obligan a cruzar la N-630. Mucho cuidado porque cuesta ver el tráfico con las curvas. Al otro lado, seguimos una trocha y comenzaremos a ver señales de Castilla y León. Efectivamente, ya estamos en Salamanca.

Ya hemos dejado la provincia de Cáceres y Extremadura atrás. Ya hemos dejado la provincia de Cáceres y Extremadura atrás.

Ya hemos dejado la provincia de Cáceres y Extremadura atrás. / Emilio J. de los Santos

Tras 500 metros, volvemos a colocarnos en el arcén y llegamos a Puerto de Béjar, en concreto a la Colonia de la Estación, que está en las afueras. Por aquí hay un bar, una tienda y hasta un albergue de peregrinos. Llevamos 12,5 kilómetros recorridos aproximadamente.

Tras Puerto de Bejar, comienza el descenso por un bello paisaje. Tras Puerto de Bejar, comienza el descenso por un bello paisaje.

Tras Puerto de Bejar, comienza el descenso por un bello paisaje. / Emilio J. de los Santos

Las señales nos sacan de la carretera por una calle a la izquierda, denominada Carril Lagunilla. Por ella, pasamos justo bajo la A-66. Aquí podremos ver una zona con varios paneles explicativos y restos originales de la calzada romana. Es interesante dedicarle un rato a la información que nos facilitan. Poco después cruzamos otra carretera local e iniciamos el descenso por un bellísimo paraje.

El paisaje cambia bastante respecto a lo visto jornadas atrás. El paisaje cambia bastante respecto a lo visto jornadas atrás.

El paisaje cambia bastante respecto a lo visto jornadas atrás. / Emilio J. de los Santos

El bajada desde Puerto de Béjar hasta el Río Cuerpo de Hombre es de los tramos más bonitos de este Camino de Santiago. El trazo sigue en todo momento el Camino Real de la Plata, una pista de tierra en perfecto estado que va dibujando varias curvas muy abiertas sobre el valle del Arroyo de los Horcajuelos, con el Collado Franco al fondo y siempre entre robles y encinas. Mientras vamos avanzando por aquí veremos a nuestra derecha el imponente viaducto de la A-66, que se irá apartando por nuestra derecha. No volveremos a toparnos con la autovía durante un par de jornadas.

El Puente de la Magdalena. El Puente de la Magdalena.

El Puente de la Magdalena. / Emilio J. de los Santos

El Camino pierde unos 225 metros de altura en unos 4 kilómetros aproximadamente. La cota más baja la marca el puente romano de la Malena (o de la Magdalena), otro punto ideal donde hacer una parada de descanso. Llevamos algo más de 18 kilómetros andados.

Al fondo, la Sierra de Béjar y el viaducto de la A-66. Al fondo, la Sierra de Béjar y el viaducto de la A-66.

Al fondo, la Sierra de Béjar y el viaducto de la A-66. / Emilio J. de los Santos

El recorrido sigue por la derecha, entre el Río Cuerpo de Hombre y una carretera local. Esta parte es bastante cómoda, llaneando casi todo el tiempo mientras descubrimos varios miliarios romanos y la Ermita de San Francisco. Cuando lleguemos al Molino Pichón, viramos a la izquierda en un camino de tierra que asciende por un repecho hasta Calzada de Béjar.

Las peculiares calles de Calzada de Béjar. Las peculiares calles de Calzada de Béjar.

Las peculiares calles de Calzada de Béjar. / Emilio J. de los Santos

Esta localidad ya nos da una idea clara de cómo cambian las poblaciones por esta zona. Estamos claramente en la España vaciada: la aldea apenas tiene 100 habitantes. Con una arquitectura muy característica en sus calles principales con soportales y balcones (que se llenan de flores de llamativos colores en primavera). Calzada es un buen lugar donde pasar la noche, ya que tiene lo necesario para el peregrino: un albergue, un bar y hasta suele pasar una furgoneta que hace las veces de supermercado móvil.

El tramo final avanza por llanuras con las montañas al fondo. El tramo final avanza por llanuras con las montañas al fondo.

El tramo final avanza por llanuras con las montañas al fondo. / Emilio J. de los Santos

Nos despedimos del pueblo por la Calle Salas Pombo, dejando el Ayuntamiento y la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción a la izquierda. Ahora avanzaremos por una pista de tierra algo más monótona entre campos dedicados a la ganadería. Superaremos varios arroyos y veremos otra vez algunos miliarios romanos. Cuando llevemos 25 kilómetros de la etapa, cruzamos perpendicularmente la carretera SA-220. No hay mucho misterio en lo que resta ya que siempre es recto. Poco antes de alcanzar nuestro objetivo, tendremos que superar el Río Sangusín por una pasarela.

Iglesia parroquial de Valverde de Valdelacasa. Iglesia parroquial de Valverde de Valdelacasa.

Iglesia parroquial de Valverde de Valdelacasa. / Emilio J. de los Santos

Valverde de Valdelacasa es otra aldea, aún más pequeña que Calzada de Béjar, ya que sólo cuenta con 66 habitantes. Para poder acceder a su albergue hay que pedir la llave en el Ayuntamiento, que comparte edificio con el bar del pueblo.

Ya estamos a unos 60 kilómetros de la capital salmantina. Esta distancia la dividiremos en dos etapas, con una parada intermedia en San Pedro de Rozados.

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