Caminamos por la arena de la playa con la Duna de Bolonia delante.
Avanzamos por una pasarela de madera que va paralela a la playa.
Pasamos junto a las ruinas de las conserveras de Baelo Claudia.
Nos separamos de la pasarela de madera.
Atravesamos un bonito pinar por el lateral del vallado de las ruinas.
El sendero, muy difuso en algunos tramos, desemboca en una carretera local.
Comienza el ascenso a la Sierra de la Plata.
Tras pasar la problación de Sierra de la Plata, tomamos la bifurcación de la derecha.
La carretera nos ofrece bellas panorámicas de la Ensenada de Bolonia.
La carretera nos ofrece bellas panorámicas de la Ensenada de Bolonia.
En las zonas altas perdemos el asfato.
Pasamos a los pies de un imponente macizo rocoso que alberga algunas buitreras.
Pasamos a los pies de un imponente macizo rocoso que alberga algunas buitreras.
Abandonamos el camino principal por una zona con mucha vegetación.
Tras esta puerta empieza el descenso.
Empezamos a distinguir ya los aerogeneradores.
Al la derecha en esta bifurcación. Las flechas suelen orientarnos bien, pero hay que fijarse.
Avanzando por El Acebuchal hasta alcanzar cotas más bajas.
Avanzando por El Acebuchal hasta alcanzar cotas más bajas.
El perfil se relaja: nuestro objetivo son los generadores.
Tenemos que abrir la portuela y doblar a la izquierda.
La Sierra de la Plata que acabamos de atravesar.
Esta cancela nos da acceso al parque eólico.
Al subir a la Loma de los Mosquitos, damos con un sendero que va a los pies de los aerogeneradores.
Un aerogenerador con la Sierra de la Plata al fondo.
Una amplia llanura con el parque eólico extendiéndose kilómetros y kilómetros.
El final lo marca una desquiciante recta de casi cuatro kilómetros antes de Tahivilla.
Tahivilla se articula alrededor de su parroquia.
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