Ruta junto al embalse del Gergal en Guillena: un paseo tranquilo y familiar muy cerca de Sevilla

Un paseo fácil de menos de 10 kilómetros desde Guillena. Interesante si ha llovido recientemente porque podremos presenciar el desembalse.

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El embalse del Gergal.
El embalse del Gergal. / Emilio J. De los Santos

Esta propuesta constituye un itinerario sencillo y accesible, perfecto para disfrutar de una mañana al aire libre en compañía de toda la familia. Desde el municipio de Guillena partiremos hacia el parque periurbano El Gergal, donde conoceremos su presa y recorreremos parte de las márgenes del embalse. Con una longitud inferior a 10 kilómetros y sin ninguna dificultad técnica, resulta ideal tanto para principiantes como para quienes buscan una escapada tranquila en familia.

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Proponemos el inicio del recorrido en la avenida del Alcalde Justo Padilla Burgos, situada en pleno centro de Guillena. Nos dirigimos hacia el norte hasta girar a la izquierda por la calle María de Molina, donde encontraremos una señalización que indica claramente la dirección hacia el embalse. La avenida del Gergal nos conduce gradualmente fuera del núcleo urbano.

Continuamos durante unos 2 kilómetros por una acera que discurre paralela a la carretera, sin necesidad de desviarnos en ningún momento ni temer al tráfico. Pronto comenzamos a vislumbrar la estructura de la presa del Gergal.

Esta señal, en Guillena, nos indica cuando girar a la izquierda para ir al embalse.
Esta señal, en Guillena, nos indica cuando girar a la izquierda para ir al embalse. / Emilio J. De los Santos

Inaugurado en 1979, el embalse del Gergal se encuentra estratégicamente situado en la confluencia de los ríos Rivera del Cala y Rivera del Huelva. Con una capacidad de almacenamiento relativamente modesta (aproximadamente 35 hectómetros cúbicos), esta infraestructura se destina principalmente al abastecimiento de agua potable. Debido a su capacidad limitada, cuando las precipitaciones son abundantes es frecuente presenciar espectaculares desembalses. La instalación se beneficia de los aportes de los embalses de Cala y La Minilla, situados aguas arriba.

La carretera que va al embalse tiene una acera y un carril bici en los flancos.
La carretera que va al embalse tiene una acera y un carril bici en los flancos. / Emilio J. De los Santos

El paisaje que ofrece esta zona resulta especialmente fotogénico, sobre todo en periodos húmedos cuando el desagüe genera una impresionante cascada de agua. Es posible acercarse un poco a la base de la presa para contemplar mejor su muro de contención.

Desde aquí, la ruta asciende por un carril que parte hacia la izquierda por un pinar. Al alcanzar la parte superior, nos encontramos con una bifurcación: el ramal derecho atraviesa la coronación de la presa, aunque habitualmente permanece cerrado al público; nuestro camino prosigue por el desvío de la izquierda.

La bifucación a la derecha lleva a una cancela cerrada.
La bifucación a la derecha lleva a una cancela cerrada. / Emilio J. De los Santos

Una suave pendiente nos recompensa con una magnífica panorámica de la vega del Guadalquivir. En primer término destaca la extensa planta solar fotovoltaica de Guillena, mientras que en la lejanía podemos distinguir el núcleo de Las Pajanosas. Ya en último término, si el día está claro, podremos distinguir en el horizonte las elevaciones de la Sierra Norte.

Pinar junto a la orilla del embalse.
Pinar junto a la orilla del embalse. / Emilio J. De los Santos

Alrededor del kilómetro 4 del itinerario, el paisaje se abre en una explanada. Observaremos a nuestra derecha una agrupación de edificios y parcelas. En este punto, abandonamos la vía principal para describir un giro pronunciado de casi 180 grados a la derecha. Nos adentramos entre las construcciones, muchas de ellas granjas, corrales y edificaciones agrícolas, algunas de ellas muy improvisadas.

Puede que nos encontremos algunos tramos anegados si ha llovido recientemente.
Puede que nos encontremos algunos tramos anegados si ha llovido recientemente. / Emilio J. De los Santos

Una vez dejado atrás este pequeño núcleo, el pinar vuelve a ganar protagonismo. Una zona de terreno pedregoso nos da acceso a una pista forestal que se adentra en una arboleda claramente replantada que es espesa en ciertas zonas. Conviene prestar atención durante este tramo, ya que tras periodos de lluvia pueden formarse encharcamientos o incluso que ciertas partes estén anegadas o enfangadas.

Desde la orilla podremos avistar aves.
Desde la orilla podremos avistar aves. / Emilio J. De los Santos

La verdadera joya de esta sección es la posibilidad de abandonar el sendero principal y explorar por la derecha la orilla del embalse del Gergal. Se trata de un paraje de gran serenidad, muy frecuentado por aficionados a la pesca durante los fines de semana y excelente para la observación de aves acuáticas y otras especies de fauna local.

Paseando junto a la orilla. Hay gente que pesca por aquí.
Paseando junto a la orilla. Hay gente que pesca por aquí. / Emilio J. De los Santos

Podemos recorrer la ribera tanto como deseemos, adaptando el itinerario a nuestro ritmo y preferencias. El sendero de retorno discurre por un carril perfectamente señalizado que avanza por la izquierda. Este camino delimita una extensa pradera que en primavera se transforma en un espectacular mosaico de flores silvestres: amapolas rojas, margaritas blancas y otras especies cromáticas tapizando el terreno.

Iniciando la vuelta. Hay un camino que separa el pinar que rodea la orilla del embalse y una pradera.
Iniciando la vuelta. Hay un camino que separa el pinar que rodea la orilla del embalse y una pradera. / Emilio J. De los Santos

Siguiendo este carril, retornamos nuevamente al pequeño poblado que atravesamos anteriormente. Al alcanzar la explanada de caminos donde dimos el giro de 180 grados, continuamos de frente para visitar el templete dedicado a la Virgen del Pilar, tradicional punto de romería para los habitantes de Guillena.

Manto de flores en primavera.
Manto de flores en primavera. / Emilio J. De los Santos

Desde aquí, proseguimos hacia el sur por una amplia pista que, tras describir una curva hacia la izquierda, nos reincorpora a la carretera inicial. Por ella regresamos cómodamente hasta el centro del municipio, cerrando así el circuito.

Recomendaciones y mejor época

El itinerario aquí descrito es solo una opción entre las múltiples posibilidades que ofrece este entorno. Es factible ampliar el recorrido explorando más extensamente las orillas del embalse y prolongar así la distancia total. Lo verdaderamente importante es disfrutar con calma de la paz y tranquilidad que caracterizan este paraje natural.

Templete dedicado a la Virgen del Pilar.
Templete dedicado a la Virgen del Pilar. / Emilio J. De los Santos

Se recomienda especialmente realizar esta excursión a comienzos de primavera (marzo-abril). Durante estos meses, cuando suele llover más, podremos contemplar el desembalse comentado previamente. Asimismo, podremos disfrutar de los campos teñidos de verde intenso y el espectáculo cromático de amapolas, margaritas y otras flores silvestres en plena floración.

En definitiva, se trata de una ruta sumamente relajante, perfecta para realizarla con niños y disfrutar de un contacto cercano con la naturaleza sin necesidad de grandes esfuerzos físicos. Una propuesta ideal para una mañana de convivencia familiar en un entorno privilegiado a pocos kilómetros de Sevilla.

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