La sensación de volar en tierra firme

El aeromodelismo, una afición poco conocida hasta no hace mucho, comienza a tomar fuerza y ganar adeptos

Noelia Mejías Cuenca

28 de octubre 2012 - 01:00

"Poder disfrutar de la experiencia de volar un avión, sin riesgo y al alcance del bolsillo de cualquier persona", es así como Manolo Guillén, un apasionado del aeromodelismo, lo define. Esta afición, poco conocida para algunos, comienza a extenderse y hacerse un hueco entre los hobbies preferidos por muchas personas.

Mirar al cielo y ver aviones que transportan pasajeros es bastante común cada día, pero tener la oportunidad de vivir la sensación de pilotar uno de ellos, aunque de menor tamaño, es uno de los reclamos que hacen que el aeromodelismo comience a sumar adeptos.

Cada fin de semana, los socios del Club Deportivo de Aeromodelismo y Radio Control de Utrera (Cdarcu) se reúnen para disfrutar del vuelo al aire libre de maquetas de aviones o helicópteros. Este club comenzó su andadura en el año 1988 y, según explica Fernando Morato, presidente del mismo, la idea surgió a raíz de la unión de varios aficionados: "En esa fecha, el aeromodelismo era un mundo desconocido, no había pistas para practicar en Sevilla".

Fernando Morato empezó como cualquier persona que se inicia en algo nuevo, sin tener mucho conocimiento sobre el tema. "Compré mi propio equipo, lo construí, le puse la emisora y lo rompí", cuenta el presidente del Cdarcu.

En la actualidad, la mayoría de los equipos vienen construidos, a pesar de que existen muchos aficionados al aeromodelismo a los que les gusta diseñar y construir su propia maqueta. El precio por el que se puede adquirir un equipo de iniciación (avión completo, motor y emisora) es de 300 euros.

Existen modelos de tres tipos según el grado de experiencia que se tenga: ala alta, baja y media. El más recomendable para una persona que se inicia en el aeromodelismo es el de ala alta, ya que se estabilizan mejor. Cuando el grado de experiencia aumenta y el aficionado quiere comenzar con las acrobacias, el más adecuado es el de ala baja.

Cualquier persona puede practicar el aeromodelismo, siempre y cuando tenga en cuenta que no se trata de un juego: "Al igual que el piloto de avión acude a una escuela para aprender, en el aeromodelismo es necesario estar monitorizado por alguien. La persona que empieza tiene que tomar una serie de clases prácticas y teóricas", afirma el presidente del Cdarcu. La regulación del aeromodelismo es cada vez mayor. Así, antes cualquier aficionado podía obtener licencia, ahora sin embargo, tienen que pasar por un club que es el que otorga el beneplácito para la obtención.

El tiempo y la dedicación son necesarios en el aeromodelismo. Manolo Guillén, secretario del Cdarcu, lleva 15 años practicando vuelo y afirma que necesita cierto tiempo, no sólo para practicar y disfrutar de ella, sino que también necesita un espacio adecuado para guardar las maquetas y una serie de herramientas especializadas. Por ello, no hay lugar para la improvisación.

El Club Deportivo de Aeromodelismo y Radio Control de Utrera cuenta con unos 60 socios y no piensan en aumentar ese número: "Los socios decidimos poner un límite para que no se masificase el campo de vuelo", comenta el presidente del club. A pesar de ello, no cierran la puerta a que cualquier persona acuda a realizar prácticas de vuelo a la pista.

Las tiendas donde adquirir maquetas y piezas son bastante especializadas, pero son los lugares más idóneos para comenzar a conocer un poco más acerca de este campo. Algunas de ellas son Hobby Sur en República Argentina, Todo Hobby en Jerez, y Model Expert en Camas.

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