La solidaridad y el buen comer van de la mano

El terremoto que ha sacudio el centro de Italia ha sido especialmente catastrófico en la ciudad de Amatrice. El pasado jueves se puso en marcha una campaña solidaria en los restaurantes del Grupo GMI (Maccheroni & Co, La Gallina Bianca y L´oca Giuliva) en solidaridad con las víctimas.

La gran mayoría de los empleados de estos restaurantes son de la de la zona centro de Italia y, concretamente, la dirección del grupo es de un pueblo muy cercano a la zona afectada. Todo surgió de un plato típico de la ciudad más afectada por el terremoto, Amatrice, y sus Spaghetti all´amatriciana. La campaña consiste en que 2 euros de cada plato serán destinados a la reconstrucción y ayuda de nuestros compatriotas italianos.

Desde que se puso en marcha, la respuesta por parte de los clientes ha sido muy buena, según explican desde el grupo GMI, siendo la petición de este plato mayor que lo que normalmente se suele solicitar. "En ningún momento buscamos publicidad, si no ayudar", explican.

Guanciale (carrillera de cerdo), tomate, queso pecorino (de oveja) y guindilla son los ingredientes esenciales de un plato que se ha convertido en símbolo de la solidaridad con los afectados por el terremoto, del que número de víctimas asciende a 291 personas.

En Sevilla, tres de los cinco establecimientos integrados en el Grupo GMI, que están especializados en comida italiana, han decidido donar, de los 9.50 euros que cuesta cada plato, dos euros por cada plato de espagueti all'amatriciana que el cliente consuma en los restaurantes. Estos irán destinados a los damnificados por el terremoto.

Esta iniciativa está desde el jueves pasado en los restaurantes y desde el viernes se ha dado a conocer a través de las redes sociales. Entre los empleados, aunque no hay ninguno de Amatrice, sí hay personal de la zona o con familiares en la zona del terremoto.

La salsa amatriciana, proveniente de esta pequeña ciudad del Reatino es muy apreciada por los actuales romanos que la adoptaron de los pastores amatricianos, los cuales durante el período estival frecuentemente se trasladaban hacia Roma para vender sus productos lácteos (especialmente quesos) y carnes ovinas y porcinas.

Antes de llamarse amatriciana esta salsa era conocida como gricia, nombre que deriva de una aldea a pocos kilómetros de Amatrice llamada Grisciano. La salsa gricia se prepara con guanciale, guindilla y aceite de oliva sin tomate, porque el tomate fue conocido por los amatricianos al contactar con los habitantes de Roma. Es costumbre en Roma el cocinar los bucatini y los gnocchi con salsa amatriciana; sin embargo, los habitantes de Amatrice son aún absolutamente rigurosos en mantener la tradición de usar esta salsa sólo para condimentar los espagueti.

Sevilla se suma, de este modo, a iniciativas similares que ya existen en ciudades como Barcelona o Nueva York.