La virgen a la que apedrearon y tirotearon en la Semana Santa de Sevilla de 1932
Este hecho estuvo relacionado con un intento de boicot al gobierno de la Segunda República
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La Semana Santa de Sevilla, en cuanto a cofradías procesionando por las calles se refiere, tiene sus orígenes en el siglo XVI, cuando el Marqués de Tarifa instauró la costumbre en la hispalense tras regresar de Jerusalén y tras quedar impresionado con el Vía Crucis de «las doce estaciones» que se celebraba en Tierra Santa.
Aunque ya existían cofradías en los siglos XIII a XV, fue en el XVI cuando comienzan a procesionar las imágenes y a crear las cofradías que conocemos en la actualidad.
Desde entonces y hasta el día de hoy, la Semana Santa de Sevilla reúne numerosas anécdotas, algunas más amables y curiosas y otras más desagradables e incluso violentas, que han acabado formando parte de la historia de esta celebración. Una de ellas fue la acontecida en el año 1932, cuando en España estaba instaurada la República y la virgen de una de las hermandades hispalenses fue apedreada y tiroteada por salir en procesión.
La decisión de no procesionar del resto de hermandades
Rondaba la primavera de 1932 cuando Sevilla se preparaba para celebrar la primera Semana Santa tras la proclamación de la Segunda República. Sin embargo, antes de que llegara la fecha señalada, los hermanos mayores de todas las cofradías sevillanas se reunirían y acordarían no sacar las procesiones a las calles de la ciudad. Tal y como queda recogido en un artículo del Centro de Estudios Andaluces, esta decisión se tomó por temor a las agresiones que podrían recibir, por un lado, y porque trataban de boicotear el régimen republicano, por otro. En este momento de la historia y tras la declaración del Estado aconfesional se vivieron muchos momentos de violencia y conflicto en muchas ciudades de España.
Ante aquella decisión solo una de ellas se desmarcó del resto y salió a la calle para hacer su Estación de Penitencia. Se trataba de la Virgen de la Estrella, quien procesionaría el Jueves Santo de 1932 y a la que, tal y como habían presagiado, apedrearon e incluso dispararon durante varios momentos de su recorrido.
Sevilla no sería la única ciudad que tomaría la decisión de no procesionar. Este año también lo hicieron Jerez de la Frontera, Toledo, Badajoz y Huelva, entre otros lugares de España. A pesar de ello, en todo momento los dirigentes republicanos defendieron la celebración de la Semana Santa como parte de las costumbres y cultura españolas.
El altercado con la Virgen de la Estrella
Los hechos que tuvieron lugar aquel Jueves Santo se producirían, sobre todo, hacia el final de la Estación de Penitencia, aunque ya antes y en algunos puntos del recorrido tanto el Cristo como la Virgen habrían vivido algunos altercados. Ese día, y puesto que era la única hermandad que decidió procesionar, fueron muchas las personas que salieron a la calle para disfrutar de la única imagen que verían en Semana Santa.
Ya en el puente de Triana y según recogen los medios de la época, un grupo de jóvenes comenzó a empujar el paso y a generar algo de intranquilidad que hizo que muchos de los presentes echaran a correr. Algo más tarde, en la calle Sierpes, alguien tiró una piedra al Cristo, pero sería en la puerta de la catedral cuando la virgen recibiría el ataque de dos cohetes y se empezarían a escuchar, posteriormente, varios disparos. Esto desató el caos y dio lugar a que todo el mundo huyera en todas las direcciones. A pesar de que hubo detenciones por los hechos, todos los hombres a quienes responsabilizaban de lo sucedido aseguraron no haber tenido nada que ver.
Gil Robles, quien entonces era hermano de la cofradía de Nuestro Padre de Jesús de la Pasión, dirigiría un escrito al alcalde que decía: «Tenga V. E. la seguridad absoluta de que esta cofradía, que es el pueblo, al pueblo se debe, que es tanto como decir que se debe al régimen constituido legalmente». En este contexto los republicanos no se recataron en subrayar que La Estrella la formaban cofrades de humilde condición social del popular barrio de Triana. Por este motivo, este hecho histórico dio lugar, en cualquier caso, a que a la Virgen de la Estrella se la empezara a conocer como La Republicana y La Valiente en un contexto de agitación política.
Los datos aportados por el Centro de Estudios Andaluces que aparecen aquí están, a su vez, facilitados por la revista Triunfo, a través de una investigación realizada por el periodista José Aguilar Villagrán en 1980 y publicada en dicho medio.
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