Almería

Mata a golpes a su mujer al recibir la demanda de divorcio

  • La Guardia Civil confirma que la víctima falleció por un traumatismo en la cabeza · Varios niños que iban al instituto escucharon los gritos y llamaron a la Policía Local

Francisco J. G., de 43 años, fue detenido ayer por agentes de la Policía Local de Vícar segundos más tarde de matar a su mujer, Salud García Caparrós, a golpes. Lo hizo en el interior de la casa en la que vivían, en la calle Homero número 39. "Lo ha hecho sin ensañamiento", como confirmó a Diario de Almería uno de los agentes de la Guardia Civil que ayer se encontraban en el escenario del crimen. Un traumatismo craneoencefálico severo fue lo que le indujo a la muerte a la chica de 41 años.

 

Los hechos ocurrieron sobre las 09:20 horas, momento en el que un grupo de adolescentes que en ese momento se dirigían al instituto (a escasos metros del la vivienda donde la víctima convivía con el agresor), escucharon los gritos de auxilio y socorro de Salud. De inmediato, alertaron "nerviosos" a la Policía Local de Vícar que tardó apenas unos minutos en llegar al lugar en un coche patrulla.

 

Francisco fue detenido en el interior de la casa. Cuando los agentes accedieron a la vivienda, el homicida se encontraba junto al cadáver de su mujer y con restos de sangre en su vestimenta.

 

Un amplio dispositivo de seguridad acordonó la zona hasta el juez ordenó el levantamiento del cuerpo. Mientras tanto, un equipo de psicólogos de los servicios sociales anunciaba la trágica noticia a la hija de ambos, de 13 años, que en ese momento se encontraba en clase. Los alumnos y compañeros de la menor, dolidos por lo ocurrido, guardaron un "silencio sepulcral" durante toda la mañana respetando lo que había ocurrido y con el objetivo de la niña no supiera nada hasta que se lo comunicaran las autoridades pertinentes.

 

Según ha podido saber Diario de Almería, el matrimonio estaba en trámites de separación. El hecho de que el agresor recibiera la demanda de separación el día anterior ha podido ser el móvil que lo llevó a cometer el crimen.

 

La víctima, que acababa de regresar de trabajar (era celadora en el hospital de Poniente), se encontró en su propia casa con el hombre que le quitó la vida apenas una hora más tarde. Él, que era empleado del servicio de recogida de basura la estaba esperando en el interior de la casa en la que ambos vivían a pesar de que se encontraban en trámites de separación.

 

Los jóvenes que alertaron a la Policía indicaron que escucharon los gritos de Salud cuando ésta salió al balcón que da a la plaza. Un momento en el que no sabían lo que ocurría pero sí vieron a un hombre que la cogió fuertemente por el brazo y la arrastró hasta el interior de la casa, al tiempo que cerró por completo la persiana del balcón que da al dormitorio del matrimonio.

 

También escucharon  los "desgarradores" gritos de socorro los vecinos de la calle, incluso los que viven al otro lado de la plaza. "Todos salimos de inmediato a la calle para ver qué ocurría, pero cuando quisimos darnos cuenta ya había llegado la Policía Local. Ha sido en ese momento cuando nos hemos enterado de la horrible tragedia", explicó a Diario de Almería una de las vecinas que asegura que "Salud era una excelente persona y una madre estupenda".

 

Mientras el juez ordenaban el levantamiento del cadáver, tanto en la plaza del Ayuntamiento, como los propios vecinos a las puertas de la vivienda donde ocurrieron los hechos, así como en el hospital de Poniente donde trabajaba la víctima, se sucedían minutos de silencio, algunos improvisados, con muestras de dolor y repulsa por lo sucedido.  

 

 Tanto la Comandancia de la Guardia Civil como la propia Consejería para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía han confirmado que se trata de un nuevo caso de violencia de género en el que no existía denuncia previa por malos tratos. Sin embargo, sí existía una mala relación entre ambos, como indicaron a este periódicos vecinos y conocidos de la víctima, que ayer se encontraban visiblemente afectados por la brutalidad con la que Salud recibió la muerte.

 

También se concentraron frente a la vivienda los familiares más directos de Salud, expectantes ante los movimientos y los consejos de la Guardia Civil y de la Policía Local. Entre lágrimas de desesperación, e incluso aún incrédulos ante lo ocurrido, el hermano y la hermana de la víctima se abrazaban en busca de consuelo. Arropados por el calor y el apoyo del pueblo, recibieron allí mismo el pésame de muchos amigos. 

 

"No queremos hacer ningún tipo de declaraciones, porque estamos destrozados. Además, hablar de lo que ha ocurrido es darle aún más protagonismo al criminal que le ha quitado la vida a Salud", indicó con rabia contenida un familiar de la víctima, mientras se abrazaba a su mujer.

 

Las muestras tristeza se hicieron aún más visibles en el momento en que los forenses introducían el cuerpo de Salud en el furgón policial.

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