La muerte de un senegalés en Roquetas acaba en batalla campal

Un ajuste de cuentas por asuntos relacionados con el tráfico de drogas es la principal hipótesis que baraja la Guardia Civil en la muerte por herida de arma blanca de un senegalés de 28 años en la barriada de las 200 Viviendas de Roquetas de Mar (Almería).

Fuentes de la Subdelegación del Gobierno han informado a Efe de que los agentes siguen buscando al presunto autor del apuñalamiento, al parecer un varón de etnia gitana que se dio a la fuga del lugar de los hechos. Mientras tanto, cuatro personas de origen subsahariano han sido detenidas por su presunta implicación en los incidentes.

Tras la muerte anoche del hombre, que residía en España desde hace más de tres años con su mujer y sus dos hijas, según han informado a Efe los vecinos de la barriada, un nutrido grupo de compatriotas se congregaron en el lugar de los hechos - la calle de Pedro Salinas - y quemaron supuestamente el edificio en el que se encontraba la vivienda del presunto homicida, así como otra vivienda también de un hombre de etnia gitana.

Las patrullas que acudieron al lugar en primera instancia tuvieron que pedir refuerzos antes de poder penetrar en las calles adyacentes al lugar en el que se produjo la muerte del hombre, pues además de cortar el acceso con barricadas, una multitud arrojaba piedras y botellas rotas a todo el que pasara por el lugar.

Veinte patrullas de la Guardia Civil apoyadas por efectivos de la unidad de Seguridad Ciudadana y de la Policía Local lograron restablecer la calma sobre las 5.00 horas.

Dos agentes de la Guardia Civil y uno de la Policía Local resultaron heridos leves durante estos enfrentamientos, ha explicado a Efe el instituto armado, mientras que tres varones subsaharianos fueron detenidos por alteración del orden público.

Durante los altercados han ardido además de las viviendas, dos vehículos particulares, mientras que siete coches de la Guardia Civil y dos camiones de los bomberos han sufrido desperfectos.

Los restos de los disturbios originados esta madrugada en el barrio eran visibles todavía esta mañana cuando, con los ánimos más calmados, cientos de vecinos, la mayoría de ellos extranjeros, han salido a la calle para intercambiar opiniones sobre lo ocurrido, todo ello bajo la atenta mirada de la Guardia Civil, que permanece en el barrio para evitar que se registren nuevos incidentes.