Cinco equipos siguen, después de tres jornadas, sin conocer el triunfo en la ACB, aunque el colista es el Baloncesto Sevilla por su peor diferencia de puntos. Y es que el cuadro hispalense es una de las peores defensas de la Liga (sólo superado por Gipuzkoa e Iberostar) y el peor ataque. Los 67 puntos anotados en el Gran Canaria Arena es su tope ofensivo este curso, lo que hace imposible ganar si la media de puntos encajada por cuartos supera la veintena.

Los 13 puntos que recibió en el tercer acto frente al Herbalife de Aíto García Reneses debe ser el camino a seguir. Sin agresividad ni intensidad atrás las opciones reales de ganar un encuentro son inexistentes y el problema es de equipo. Basta con echar un vistazo a las estadísticas para darse cuenta de que los jugadores de Luis Casimiro no han entendido que la base del juego es la defensa. El 58% de efectividad en tiros de dos puntos que encajó el plantel sevillano en Santiago es el más negativo que ha recibido en lo que va de temporada. ¡Un 58%! Sirva como ejemplo que en el pasado curso, en la derrotas ante el Laboral Kutxa (83-91) y el Fuenlabrada (82-81) el porcentaje de efectividad del rival en los lanzamientos de dos puntos fue del 43% y 48%, respectivamente, ya con Casimiro como técnico cajista.

Esta campaña esa cifra se dispara en los dos últimos choques: 72% del Barcelona y 62% del Gran Canaria. Un porcentaje tan alto denota una falta de intensidad defensiva preocupante. Casi desgana. Un agujero en la zona por donde se escapan los encuentros, ya que los jugadores contrarios anotan con suma facilidad bajo el aro.

Y por ahí se debe iniciar el cambio. La efectividad de los rivales desde la línea de los 6,75 metros ha ido bajando: 52% del Obradoiro; 46%, del Barcelona; y 33%, del Gran Canaria.