Bojanovsky, un gigante a prueba

El eslovaco, de 2,21 y formado en Florida State, se entrenará esta semana a las órdenes de Casimiro

Bojanovsky intenta una canasta tras un rebote en un partido con la universidad de Florida State.
Bojanovsky intenta una canasta tras un rebote en un partido con la universidad de Florida State.
Pablo Salvago Sevilla

17 de mayo 2016 - 05:02

El domingo se echa el telón a la 2015-16, una temporada que empezó con dudas para el CB Sevilla y que terminará en lo deportivo con la sensación de que se le ha quedado corta la Liga a los de Luis Casimiro, de menos a más en la campaña y lanzados desde la llegada de Hakanson y Jerome Jordan. Pero una vez que acaben los partidos, las incógnitas sobre su futuro volverán a sacudir al club hispalense, pendiente de la ampliación de capital de 3,2 millones anunciada por el propietario, que no acudirá a la misma aunque pretende seguir como patrocinador, y de la venta a algún grupo interesado. Como las meigas, haberlos haylos, pero quedan flecos por cerrar con alguno realmente dispuesto a dar el paso.

Sin embargo, en la entidad hispalense se trabaja con una idea de continuidad y, conscientes de que hay que ponerse a trabajar, comienzan a dar algún paso pensando en el curso que viene. De esta forma, esta semana trabajará a las órdenes de Casimiro el eslovaco Boris Bojanovsky, otro gigante de la Europa central como Balvin, que estará a prueba estos días con el conjunto sevillano.

Nacido en Bratislava (05-04-1993), el pívot de 23 años mide 2,21 metros y acaba de licenciarse en la Universidad de Florida (cursó un grado de Relaciones Internacionales), con la que ha jugado en la NCAA las últimas cuatro temporadas siendo el tercer taponador en la historia del equipo. Sus números, como su físico, han evolucionado poco a poco y esta campaña promedió 6,1 puntos, 4,4 rebotes y 1,7 tapones en 18 minutos de media.

Un añadido que hace más interesante al eslovaco es que antes de irse a los Estados Unidos se formó durante tres años en la Canarias Basketball Academy, una institución privada con presencia en varios países, por lo que para la ACB contaría como jugador de formación, aspecto clave en la planificación y configuración de las plantillas. Tras unos días en Sevilla, Bojanovsky volará a Estados Unidos para realizar diversos campus con franquicias de la NBA.

No se espera que sea el relevo natural de Balvin, un año mayor que él, pero sí la pareja de baile de Jerome Jordan, que está cuajando un buen final de temporada una vez adaptado al equipo, la ciudad y la Liga, y al que se quiere renovar para conformar una pareja de pívots para el año que viene con envergadura y roles definidos, además de una capacidad de mejora más que evidente para seguir creciendo individual y colectivamente la próxima temporada. Con Jordan, de momento, sólo es un deseo, porque hay que ver primero cuál es el presupuesto con el que se trabajará y si los nuevos propietarios, en caso de seguir adelante, dan continuidad al proyecto o traen ideas renovadas.

El objetivo de suplir a Balvin, estadísticamente, recaería en Jordan, un jugador que ha demostrado que puede dar buenos minutos y que trabajando desde el inicio a las órdenes de Casimiro puede ser un jugador fiable. Bojanovsky sería una inversión de futuro de ésas que ya salieron bien en el pasado y con un margen de mejora que dado su potencial, por lo que sería una interesante apuesta, pues hay que dar por hecho que Balvin no seguirá en Sevilla tras seis campañas. Su destino, ACB (el club lo incluirá por si acaso en el derecho de tanteo), Europa o la NBA..., pues alguna franquicia sigue atenta sus evoluciones.

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