Un sí aún por refrendar

El serial Emana parece apuntar a su fin. Cual culebrón o miniserie, los guionistas de esta interminable historia no han parado de darle nuevos giros para que la historia se enrevesara cada vez más, aunque parece que por fin se vislumbra su final. No podía ser otro que el camerunés abandonando la disciplina heliopolitana, pero con el Betis y Emana de por medio, nada puede darse por hecho hasta que esté firmado.

Eso debe ocurrir hoy en Ibiza, hasta donde se desplazará Vlada Stosic, director deportivo verdiblanco, para firmar los contratos en presencia del jeque propietario del Al-Hilal, Abdul Rahman Bin Musaid. Será el epílogo a la reunión producida ayer por la tarde en la que todo quedó apalabrado: 4,4 millones de euros por el traspaso del camerunés, de los que la entidad hispalense ingresará al contado 3,4 y el resto fraccionado en dos pagos trimestrales en diciembre y marzo, en principio.

La intermediación de Antonio Calzado y Kenneth Asquez acabó por desbloquear una operación que se enquistaba por momentos y en la que todas las partes han cedido para llegar a buen puerto. Ibicenco, para más señas. También Emana, que deberá transigir en cobrar ahora la prima de fichaje para que la entidad saudí pudiese hacer frente al mayor desembolso que tendrá que hacer ahora. Un concepto ése, el de la prima de fichaje, que por otra parte no se entiende, ya que el futbolista no llegaría libre, sino previo pago de traspaso, aunque sí perdonando el dinero que el Betis le adeuda todavía de la temporada pasada.

En la reunión de ayer también estuvo presente el agente de Emana, José Pablo Varela, que habría intentado acercar posturas, a pesar de que desde hace tiempo tenía pactadas las condiciones del contrato del futbolista, para desbloquear una situación que por días se hacía más insostenible. De un lado, el futbolista africano piensa que hay en el club personas que le han fallado porque le prometieron algo que después no cumplieron. De otro, el técnico bético, Pepe Mel, que en una charla a la plantilla aseguró: "Somos una familia, pero Emana nos ha faltado al respeto a todos. Tendrá la sanción más alta porque yo lo he pedido". Una bomba de relojería si el africano se quedase finalmente en Heliópolis.

El Betis está a punto de acabar con un culebrón que empezaba a dar dolor de cabeza. Lo que un día estaba cerrado al siguiente era imposible, y al otro, todos de nuevo de acuerdo. Pero ahora queda la segunda parte de un negocio que no se sabrá si ha sido redondo hasta que la temporada eche a andar: fichar al sustituto del camerunés. Y es que los rectores hispalenses, que se han cansado de decir que era absolutamente necesario vender al camerunés, deben apuntalar al equipo con los 3,4 millones de euros que la entidad debe percibir. Y no sólo a un hombre capaz de marcar diferencias en la vanguardia, sino también a otro central y a un lateral más, como reclama el técnico madrileño desde hace tiempo. En Ibiza está el futuro de Emana y el Betis.