El Sevilla no disipó muchas de las dudas que se ciernen sobre el potencial de la plantilla que le han confeccionado a Míchel en esta temporada, pero, al menos, ya tiene en su casillero clasificatorio tres puntos tras haber derrotado al Getafe en el estreno liguero. Por supuesto que eso sería casi una obligación en otros tiempos para los nervionenses, que por cierto no siempre derrotaron a este rival en el Sánchez-Pizjuán, pero las cosas han cambiado. No se sabe aún si será para bien o para mal y quienes profesan la fe balompédica sevillista deberían estar satisfechos con el balance final, con ese pleno en el botín, aunque no parece, por lo visto ayer en los elementos colaterales, que todos estuvieran igual de contentos con el triunfo.

Pero lo realmente trascendente no son esos elementos que deberían servir para ornamentar el fútbol, sino el propio juego en sí, las sensaciones que pudieran desprenderse de Jesús Navas, Negredo y del resto de sus compañeros, que son quienes de verdad han de acaparar los papeles estelares en este espectáculo llamado balompié en su traducción literal al castellano. En este sentido, como en el global del litigio, hubo de todo, desde ese dúo que integran el extremo de Los Palacios con su nuevo socio procedente de Brasil, que promete buenas tardes a los blanquirrojos, hasta algunas decepciones que ya comienzan a convertirse en crónicas. Es el caso, por ejemplo, de un Reyes que aparenta no tener fuerzas casi ni para esprintar y que se salva exclusivamente, si es que se salva, por su habilidad para provocar el penalti que a la postre sería decisivo para el triunfo de los sevillistas.

Son los dos extremos, nunca mejor dicho por la posición que ocupan en el campo, de un Sevilla que se manejó con muchos de los elementos que ya estaban en la pasada campaña, aunque cambiado de roles en muchos casos. Así, en el equipo inicial sólo entraban Diego López y Cicinho, el portero y el lateral derecho, respectivamente, como futbolistas llegados durante este periodo de mercado estival. Sin embargo, la idea del equipo variaba desde el mismo momento en el que Míchel apostaba por un centro del campo con tres integrantes, escalonados muchas veces pero con Medel, Rakitic y Trochowski. En teoría, ahí debería salir fortalecido el conjunto, pues la sala de máquinas está más poblada y los espacios a ocupar son menos al estar, supuestamente, los tres más cerca. Eso se supone sobre el papel, en el trabajo durante la semana en la ciudad deportiva, pero a la hora de la verdad al Sevilla le iba a costar mucho controlar esa zona ancha, ya que Trochowski, tal vez el que tenía la tarea más ingrata de presionar la salida del balón del rival, se quedaba descolgado y las distancias volvían a sobrepasar a un Medel muchas veces desbordado por el eje.

Si a todo lo anterior se le suma que Reyes apenas iba a ayudar desde su banda, y aún menos lo iba a hacer Manu del Moral en los minutos en los que entró cabe suponer que de refresco, el problema volvía a aparecer en muchas fases del partido. Suerte para Míchel y los suyos que Fazio fue creciendo después de un comienzo horrible y que el argentino ocupó en el tramo más peligroso del encuentro las zonas que quedaban descubiertas a las espaldas de los centrocampistas. Por ahí sufrió un poco menos un Sevilla que, realmente, sólo padecería con el 2-1 en las jugadas a balón parado.

En la primera mitad, que fue cuando se decidió todo, el Sevilla sí tuvo mucha llegada arriba, sobre todo a través de la sociedad que formaban Jesús Navas y Cicinho. Por ahí, por la banda derecha, siempre generaron peligro los anfitriones y más aún cuando entraba un tercer elemento para ayudar en las paredes, preferiblemente Rakitic, aunque a veces también aparecería la figura de Trochowski para desequilibrar en esa zona a la zaga del Getafe. Las ocasiones de gol fueron diáfanas, Jesús Navas ya pudo marcar en un bote pronto en el minuto 6, pero en dos jugadas de la pareja de la derecha debió marcar Negredo, o el propio Rakitic, que se estorbó con el delantero madrileño en la segunda de ellas.

Es verdad que el Getafe también había proporcionado algún susto a Diego López, sobre todo a través de los córners que sacaba magistralmente Pedro León, pero las oportunidades blanquirrojas eran mucho más claras y fruto de ello llegarían dos goles que parecían definitivos antes del intermedio. E incluso Cicinho pudo firmar el tercer en otro desdoblamiento a Jesús Navas.

Pero no lo hizo y Spahic iba a tener sus cinco minutos tontos tras el intermedio. Le regaló primero un gol a Miku y después descuidó la marca a Alexis en un córner. El Sevilla estaba condenado a sufrir y lo hizo, vaya si lo hizo, durante el segundo periodo. Aunque los intentos del Getafe murieron antes de inquietar a Diego López y sí debió sentenciar Rakitic con un tiro al larguero. El Sevilla ya tiene tres puntos en su casillero, no está mal.

Alineaciones:

2 - Sevilla FC: Diego López; Cicinho, Fazio, Spahic, Fernando Navarro; Rakitic, Medel, Trochowski (Hervás, m.83); Jesús Navas, Reyes (Manu del Moral, m.76); y Negredo (Babá, m.68).

1 - Getafe CF: Moyá; Valera, Alexis, Abraham, Miguel Torres; Lacen (Adrián Colunga, m.75), Diego Castro (Barrada, m.53), Pedro León; Míchel (Xavi Torres, m.46), Lafita; y Miku.

Goles: 1-0, M.34: Fazio. 2-0, M.38: Negredo, de penalti. 2-1, M.51: Alexis.

Arbitro: Alfonso Alvarez Izquierdo (Comité Catalán). Amonestó a los visitantes Valera (m.36), Alexis (m.42), Pedro León (m.48) y Miguel Torres (m.57), y a los sevillistas Rakitic (m.46+), Spahic (m.54), Medel (m.54) y Del Moral (m.78).

Incidencias: Partido disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante cerca de 30.000 espectadores. Antes del encuentro los campeones de Europa del Sevilla con la selección española, Jesús Navas y Alvaro Negredo, recibieron una placa de reconocimiento del club por parte de su presidente, José María del Nido. Se guardó un minuto de silencio en memoria de todos los sevillistas fallecidos durante la pasada temporada.