Negredo ha cuajado un buen año a nivel particular, coronado con su presencia en la pasada Eurocopa, donde se proclamó campeón continental. El madrileño se ha convertido en una pieza fundamental para el Sevilla, hasta el punto de que hay cierta dependencia de sus goles. Con él en el campo, además, el juego del equipo es distinto, algo que se ha puesto en evidencia especialmente cuando ha estado ausente por lesión. Y además, ese liderazgo se ha visto reforzado con la capitanía a la que llegó este verano, ascendió en el escalafón jerárquico de la plantilla tras la salida de otro capitán histórico como Kanoute. Todos estos hechos se confirman mirando los fríos números estadísticos: 20 goles en 37 encuentros.

A diferencia que el equipo, Negredo sí ha tenido un feliz año 2012. El primer gol del año lo marcó en un partido de especial trascendencia, al hacer el tanto del empate en el derbi disputado el 21 de enero en el campo del Betis.

Desde entonces, Negredo ha marcado 17 goles en Liga, por tres en la Copa del Rey, los que ha marcado esta temporada ante el Espanyol (el 3-1, de penalti, en el partido de ida) y los dos que hizo en la goleada en Mallorca.

Estos números señalan una buena trayectoria, pese a que ha arrastrado algunas lesiones musculares que le han impedido tener la deseada continuidad. La última de ellas, producida en el derbi, lo privó de jugar las jornadas 13 y 14, aunque su compromiso provocó que anticipase los plazos y reapareciera de forma vital en Cornellá, donde firmó el tanto del empate.

Pero su importancia no sólo radica en el número de goles que acumula, que responden a la media de su mejor campaña en el Sevilla, la 2010-11, cuando firmó un total de 24 tantos entre Liga, Copa y Liga Europa. Cabe destacar que su importancia en el vestuario ha crecido enormemente, convirtiéndose en uno de los jugadores que más inmiscuido está en tirar del carro. El vallecano ha adelantado en el rol de capitán a Jesús Navas, el más veterano de la plantilla.