La fuga de talentos es algo habitual en esta época del año. El pez grande se come al chico y al Betis le ha tocado sufrirlo otra vez en la última semana con la marcha presumiblemente a Inglaterra de uno de sus jugadores jóvenes más prometedores. Antonio Segura González (31-3-98), hijo de Robaina, el que fuera fino centrocampista de la UD Las Palmas y Tenerife, llegó el pasado verano al Betis tras rechazar su padre varias ofertas de clubes que se habían interesado por un jugador que había llamado muchísimo la atención como infantil.

Robaina, pese a tener propuestas, dicen que de Real Madrid o Atlético, entendió entonces que no era el momento, y en el primer año de cadete aceptó una oferta del Betis que incluía un puesto de trabajo para él en el organigrama técnico del proyecto Heliópolis. Así, como parte del equipo de tecnificación, podía vigilar de cerca la evolución tanto deportiva como personal y académica de su hijo Toni, un fino mediapunta que había heredado la calidad y el pellizco de su padre.

Pero Robaina ha decidido sacar a su hijo del Betis ante la llegada del interés de un club grande de Inglaterra. El Manchester City llamó a sus puertas y el jugador y su padre han decidido abandonar la entidad. Aunque jugó todo el año en el cadete A, su ausencia ha sido destacable en el Campeonato de Andalucía celebrado el pasado fin de semana en Villanueva del Trabuco (Málaga). Toni se marchó a Las Palmas de Gran Canaria y no ha vuelto, desoyendo las instrucciones del club. Su padre también ha dejado el Betis y ambos esperan en su tierra la comunicación del club inglés para presentarse en los entrenamientos del City.