El engranaje, las lesiones... y el Atlético

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El Sevilla careció de fuelle para romper por dentro

Filipe Luis y Pareja, tras pelear por un balón que ya está fuera del campo.
Filipe Luis y Pareja, tras pelear por un balón que ya está fuera del campo.
Eduardo Florido Sevilla

19 de agosto 2013 - 05:02

El Atlético de Madrid es un equipo hecho y compactado y el Sevilla es todavía un esbozo de lo que quiere ser. Ésa es la principal razón de que el mejor equipo de la Liga de los terrestres superara a un equipo que aspira a reinventarse para volver a enganchar a los suyos. Pero hubo otras circunstancias importantes. La lesión de Pareja primero y la fatiga o las molestias de Iborra después lastraron todo el plan, porque a Unai Emery le faltaron cambios para completar el programa. A este nuevo Sevilla le queda aún engranaje y que Rakitic coja su sitio para mandar en el campo, porque Marin no puede él solo darle empaque al equipo. Y el eje de la zaga estuvo siempre al pairo de las circunstancias. Si enfrente está el Atlético, eso se paga.

DEFENSA

La apuesta por Iborra garantiza una mayor consistencia ante de los centrales. El valenciano tiene metida en el tuétano la cultura del repliegue. Sin embargo, los contragolpes del Atlético se sucedieron sin que el centro del campo del Sevilla, demasiado largo en ese dibujo de 4-1-4-1, pudiera impedirlo. El 0-1 llegó a balón parado en uno de los numerosos saques de esquina en contra, generalmente bien defendidos. Y el 1-2 en una pérdida de Marin cuando Pareja e Iborra ya habían abandonado el campo, dejando el eje del sistema defensivo desnudo, con un trío (Fazio, Israel Puerto y Rakitic) demasiado feble por dentro ante este fuerte rival.

ATAQUE

La permuta de posiciones en la línea de tres cuartos, la movilidad de Bacca y el juego interior fundamentan la filosofía que quiere implantar Emery, aunque no siempre su equipo logró conectar con precisión en zonas de ataque debido al ordenado entramado de un Atlético que sabe presionar sin perder el sitio. A los ataques les faltó continuidad. Rakitic estuvo demasiado aislado como medio organizador, dado que el equipo se abrió pronto y se hizo largo ante los contragolpes atléticos. La solución fueron las percusiones individuales. Perotti ya lo había intentado antes de marcar su soberbio gol. Posteriormente, Rakitic retrasó más su posición y Kondogbia apenas rompió las líneas, con lo que Marin se fue desconectando ante el cansancio de sus compañeros de ataque. A Emery le faltaron cambios para oxigenar y el Sevilla careció de fuerza para romper por dentro.

VIRTUDES

La puesta en escena promete.

TALÓN DE AQUILES

Quizá condicionado por las lesiones, careció de fuerza en el eje.

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