Gameiro, otra víctima del sistema
valencia - sevilla · marcaje al hombre
Emery saca del campo a su goleador para reajustar un dibujo deficitario justo cuando el Sevilla tenía que dar un paso al frente. "¿Por qué?", se preguntó el galo al igual que la afición.
A Unai Emery se le empiezan a terminar las excusas. La paciencia tiene un límite incluso para una plantilla renovada en más del 50% y las decisiones tácticas en Mestalla, donde resucitó a un Valencia en el abismo, pueden pasarle factura. El guipuzcoano tuvo una mala noche en su regreso al que fue su hogar durante cuatro años y Gameiro, principal goleador del Sevilla y autor del momentáneo empate, fue la víctima principal de sus erróneas decisiones. El francés, al abandonar el campo por Cristóforo, le preguntó al cuerpo técnico directamente: "¿Por qué?".
La respuesta a esta pregunta está en el quid del debate que rodea al pésimo inicio liguero del Sevilla. Gameiro fue una víctima del sistema y de la corrección tardía del dibujo que realizó Emery. El guipuzcoano parece que tomó las decisiones al revés. Cuando tenía que madurar el partido, arriesgó nuevamente con ese dibujo en el que Rakitic se ubica en la medular junto a un medio de cierre, en este caso M'Bia, y perdió el control del mismo, aunque en algunas fases pudo hacerle daño a un dubitativo Valencia. Y cuando tuvo que dar el paso al frente y buscar los muchos resquicios que dejaba el equipo de Djukic, tras el empate de Gameiro, quitó a éste para redibujar el esquema con Cristóforo junto a M'Bia, Rakitic en lugar de Marin en la medipunta y éste suelto en ataque. El Sevilla desperdició la ocasión, cuando más nervios mostraba el rival, de ir por el partido y jugó esa fase sin un delantero centro puro. Bacca salió en el minuto 76, tras el 2-1 de Jonas.
Gameiro se vio muy solo en la primera fase del partido. Las continuas pérdidas de la línea de tres cuartos y la desconexión con un Rakitic que, sacando el balón entre los centrales, no encontraba los pasillos adecuados ni los apoyos necesarios, provocaron que el goleador francés fuera una isla de soledad entre Ricardo Costa y Mathieu. Sólo cuando Jairo realizaba algún sorpresivo control orientado había alguna posibilidad de conexión, pero el cántabro aún está muy verde, como demostró en aquella ocasión en que se quedó solo en el área y no tuvo la frialdad para controlar y dársela en bandeja a Marko Marin.
Apenas había tocado el balón el francés en la primera mitad, sin embargo, el descontrol del Valencia le permitió participar varios contragolpes por la derecha, como la jugada en la que Vitolo casi bate a Diego Alves o el córner en el que logró la igualada. Pero con su gol llegó el desastre.
¿Por qué no quitó a Jairo en lugar de Gameiro? ¿Por qué, si optaba por la velocidad del cántabro al contragolpe, no sacó a Bacca por el francés? ¿Por qué no optó por el colombiano ni cuando Vitolo, al que relevó Rabello, pidió el cambio? Para una vez que sitúa a Rakitic más adelante, Emery se equivoca en todo lo demás. ¿Por qué? La paciencia se agota y Emery parece no tener ya muchas respuestas ni excusas.
Un Valencia-Sevilla que refleja el bajón de nivel de la Liga
El Valencia-Sevilla de anoche ofrece una lectura paralela a la del propio partido que puede ser el reflejo del bajón general que ha dado la Liga española. En Mestalla se vio uno de los encuentros con nivel más bajo, en cuanto a criterios tácticos y técnicos, que se han visto en los últimos años. Valencia y Sevilla, otrora equipos que pugnaban por el tercero o el cuarto puesto de la Liga, llegaron con el agua al cuello, aunque ahora Djukic le traspasa esa angustia a Emery. En Mestalla se han visto partidos mucho más vistosos, incluso en apretadas eliminatorias de Copa, con futbolistas mucho más contrastados que los que ayer se enfrentaron en un partido roto e incierto, en el que la moneda podía caer de cualquier lado más por los errores del rival que por los aciertos propios. Un partido que pondría de los nervios a más de un entrenador. Así está esta Liga en la que sólo el Atlético, al que entre todos le han devuelto el papel de potentado, ofrece alternativa.
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