¿Rubén para el derbi?
El doctor Cáceres asegura que "en seis semanas estará para jugar". La intención del club sigue siendo firmar un delantero. Rennella no sabe nada y el Lugo debería dar su permiso.
La confusión reina en el Betis a cada día que pasa con más jerarquía. Lo ocurrido ahora con Rubén Castro es la última prueba de ello, un problema alimentado desde dentro con la prohibición de manifestarse públicamente sobre el asunto al jefe de los servicios médicos del club, Tomás Calero, el hombre que viene tratando y siguiendo todos los problemas físicos del delantero canario desde que éste llegara al Betis. El club, el lunes ya casi de noche, se limitó a un escueto parte médico en su página web -lo hizo público, encima, casi cuatro horas más tarde de conocerse- y este martes fue el doctor Enric Cáceres, el especialista que atendió al futbolista en Barcelona y quien recomendó su intervención quirúrgica, el que no tuvo inconveniente alguno en atender a todos los medios de comunicación.
El diagnóstico del afamado traumatólogo, especialista en Medicina del Deporte, no coincide exactamente con el hecho público por el club y habrá que ver hasta qué punto encuentra respuesta ste jueves tras la operación en el de Santiago Pérez Hidalgo, el traumatólogo del Betis que lo intervendrá en Fremap.
Sea como fuere, hoy es Cáceres quien lleva la voz cantante y este martes insistió en que las "seis semanas" de recuperación para Rubén Castro son reales, es decir, para estar jugando en ese tiempo. Ello conllevaría que el canario podría reaparecer para el derbi de Nervión, fijado el fin de semana del 23-24 de noviembre. La presión, sin duda, es ahora para Calero y para el propio Pepe Mel, toda vez que el aficionado mira ya esa fecha desde que escuchó este martes al galeno catalán.
"Ahora problema de ciática no tiene, ya que la exploración no dio lesión muscular, pero sí en la inserción de los isquiotibiales. Se le realizará una pequeña cirugía en Sevilla, donde hay gente preparada para ello como el doctor Pérez Hidalgo, que tiene una dilatada experiencia, y en seis semanas podría estar jugando", afirmó Cáceres en Radio Marca, donde añadió que antes de ese tiempo, posiblemente en cuatro, Rubén Castro pueda entrenarse con el grupo.
El futuro del jugador, por tanto, no está comprometido. "Lo que le ha sucedido a Rubén le puede pasar a todo el mundo. Él es de baja estatura y le provocaba una compresión en la zona lumbar, pero eso está solucionado. Ahora le quedan los isquiotibiales, pero él va a superar todo esto", añadió Cáceres, quien libra de cualquier culpa a Calero y al resto de médicos del Betis: "Yo me responsabilizo de todo, es una sintomatología muy difícil y con el bloqueo epidural mejoró, por lo que pensamos que íbamos bien, aunque no fue así".
Miguel Guillén sí trató este martes escuetamente el asunto. "Afortunadamente, los doctores han dado con una segunda lesión, que se veía solapada con primera, que ha sido subsanada con el tratamiento. Es una tranquilidad relativa que haya sido detectada y que se le pueda dar una solución", comentó el presidente en el estadio de Heliópolis.
Mientras, la secretaría técnica se afana en hallar un delantero para el mercado de invierno, al margen de que se recupere o no, más tarde o más temprano, el canario. Preferentemente, se busca un futbolista cedido, aunque no se descarta una inversión en modo de fichaje si encuentran un jugador interesante de menos de 3 millones de euros.
Sí es muy complicado que regrese antes del 30 de junio Vincenzo Rennella, ariete francés de origen italiano que ayer cumplió 25 años. El goleador del Lugo -lleva anotadas cinco dianas- no ha tenido contactos con el Betis desde que despidieron a Emilio Vega y, además, el club debería negociar con los lucenses para poder rescatarlo antes. Tampoco es el futbolista que el Betis pueda necesitar con inmediatez.
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