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El primer día de una era nueva

  • El Sevilla, ya clasificado, busca el liderazgo del grupo en Friburgo con un triunfo, aunque le basta un punto.

Hoy, desde un punto de vista estrictamente deportivo, es el primer día de la nueva era que se abre en el Sevilla tras el adiós de José María del Nido. Quizá este primer paso de una etapa aún llena de incógnitas no tenga la trascendencia que sí tendrá el domingo, cuando falte en el palco del Ramón Sánchez-Pizjuán el hombre que ha dirigido la nave nervionense en los últimos once años y medio. Pero sí tiene la importancia de ser un primer paso y, como todo primer paso, mejor que sea firme, con un fuerte impulso que no empiece a despertar dudas. El Sevilla, por ello, buscará el triunfo en el Mage Solar Stadion de Friburgo, donde disputará el último partido del Grupo H de la Liga Europa y lo hace ya clasificado. Un punto bastaría para ser primero, pero un triunfo sería más reconfortante.

En estos momentos en los que la afición sevillista aún sufre cierta conmoción por lo que ha ocurrido desde hace justamente una semana, y con la incertidumbre de lo que ocurrirá el próximo martes en la Junta General de Accionistas que debe refrendar al nuevo consejo de administración del club, una victoria sería el mejor salvoconducto para que, al menos en lo deportivo, el nuevo camino comience sin sobresaltos importantes. Una derrota ante un Friburgo que dista mucho del que se clasificó brillantemente para esta competición el curso pasado no tendría importancia. Pero a buen seguro los propios futbolistas querrán ser los primeros en ganar en tierras alemanas para desbrozar el nuevo camino que inició ayer José Castro, de momento de forma interina, como presidente del Sevilla. Y, de paso, también querrán dedicarle la victoria al hombre que ha regido los destinos del equipo hasta el lunes y que, condena judicial aparte, siempre tuvo una implicación personal muy grande con cada uno de los futbolistas. Por todo ello, es lógico que prime lo humano.

El Sevilla llega a esta cita ya clasificado, pero buscará el liderato del grupo por prestigio, como recordó ayer José Castro en su primera comparecencia como presidente, y para ello le basta un empate, aunque un triunfo aunaría a ese prestigio el mayor ingreso económico, como también recordó el dirigente. Incluso perdiendo estaría clasificado el Sevilla, aunque ahí ya dependería de la diferencia de goles para mantener el puesto de privilegio.

Pero, dejando a un lado lo humano y sentimental, no hay que olvidar que el domingo el equipo de Unai Emery afronta un encuentro aún más trascendente porque llega un rival directo a Nervión, el equipo que ahora mismo ocupa el puesto al que aspira el Sevilla. Por ello, el técnico vasco podría seguir tirando de pragmatismo para centrarse en lo fundamental, que no es sino competir con dignidad en una Liga Europa en la que da más o menos igual quedar primero o segundo a los efectos del posterior sorteo sin olvidar guardar fuerzas para recibir con brío al Athletic Club de Bilbao.

El viaje es largo y en tierras alemanas estará la plantilla sevillista tres días, mientras que los bilbaínos se ejercitan tranquilamente con el encuentro del domingo entre ceja y ceja. De ahí que sean lógicas las rotaciones que pretende llevar a cabo Emery.

Pero estos cambios no significarán que el Sevilla no presente un equipo competitivo, entre otras cosas porque Rakitic es baja por sanción en la Liga y es lógico que hoy juegue para no perder el tren competitivo y para darle empaque al equipo que lidera dentro y fuera del campo.

Con Rakitic con un sitio en el once, lo lógico es que Gameiro ocupe el puesto de delantero centro, dado que Bacca ha conseguido adelantarlo en la titularidad liguera. Más incógnitas se presentan en la línea de mediapuntas, donde, aún sin Vitolo, que viajó a Alemania para completar su puesta a punto, Marin ni Cheryshev, cuyos regresos aún son un misterio por resolver, la plantilla sevillista ofrece multitud de opciones, con un amplio repertorio de perfiles de distinto corte táctico y técnico.

Emery ha dado muy pocas pistas porque, dado que el viaje es tan largo, se ha llevado a todos sus jugadores disponibles y hasta hoy mismo no se conocerá cuál es su definitiva convocatoria de 18 jugadores.

Aun con rotaciones y ya clasificado, el Sevilla no debe dormirse en los laureles. Los once elegidos deben competir de verdad, con intensidad desde el minuto uno, porque el Friburgo saldrá a todo tren, ya que necesita ganar para clasificarse para los dieciseisavos de final de la Liga Europa. En la Bundesliga anda muy mal el equipo de Christian Streich, ya que llega tras ser goleado en casa por el Wolfsburgo (0-3) y ocupa puestos de descenso. Por eso, Europa se presenta como un bálsamo ideal para los teutones. Y con esa necesidad del rival, desde la frialdad de saber leer y racionalizar el partido, también deben jugar los futbolistas del Sevilla. Ganar es el objetivo, para iniciar con buen pie la nueva era que hoy comienza, pero hay muchos caminos para el triunfo. El primero de ellos es competir.

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