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Dos tendencias opuestas

  • Igualados a puntos y tras el mismo objetivo, Sevilla y Valencia dejan caras distintas. El colista de la segunda vuelta se desprendió de futbolistas en enero y el segundo fue el que más se reforzó.

Que el fútbol es un estado de ánimo no hacía falta que lo descubriese Jorge Valdano pronunciando aquella frase, como tantas, que el entorno le acuñó. Depende de muchas cosas, pero una de ellas es la confianza.

Por una cosa o por otra, se van a enfrentar en el Sánchez-Pizjuán el próximo domingo dos equipos igualados a puntos en la clasificación, pero con claras tendencias opuestas. No es sólo que uno venga de ganar y otro de perder, sino que las sensaciones son muy distintas pese a que su posición en la tabla sea prácticamente la misma. Uno acaba de caer goleado en su campo por el Barcelona (1-4), mientras que el otro ha sido capaz de vencer al equipo de Martino incluso en su estadio (2-3); el Valencia llega tras un festín ante el Betis (5-0), cuando el Sevilla en las dos jornadas previas a la visita del Barça sucumbió en partidos relativamente sencillos ante Levante y Málaga; en uno el entrenador, Juan Antonio Pizzi, está en plenitud de confianza y respeto por parte de sus aficionados, mientras que Unai Emery está más que discutido por sus últimas decisiones y, sobre todo, por los malos resultados obtenidos desde que venciese al Getafe el pasado 5 de enero.

Un técnico que precisamente tras el choque entre ambos, Sevilla y Valencia, en la primera vuelta en Mestalla (3-1) probó los rigores de ver a su equipo colista en la tabla, también es el entrenador con peores números pasado el ecuador del torneo. Con un punto en las cuatro jornadas disputadas en la segunda vuelta (el empate en el Vicente Calderón), Emery tiene al Sevilla también colista de una hipotética clasificación de esta segunda ronda, con un punto menos de los sumados en el comienzo de la Liga en las mismas jornadas. El Valencia, por su parte, sólo está superado por el Real Madrid (10 puntos) en lo alto de la tabla, así como igualado con el Athletic (8 puntos sumados). Ello ha llevado a que el cuadro valencianista haya recortado los nueve puntos que lo separaban en la tabla del que hoy entrena Unai Emery.

El Valencia empató ante Málaga (0-0) y Espanyol (2-2), pero después logró las dos referidas victorias ante Barcelona y Betis. Por contra, el Sevilla sólo sumó en la segunda vuelta en el empate ante el Atlético (1-1), para perder después con Levante (2-3), Málaga (3-2) y Barcelona (1-4).

Evidentemente, esto no quiere decir nada ni las estadísticas influyen en el desarrollo de un partido aislado, pero sí da una visión fiel de la situación en la que llegan ambos contendientes, dos rivales que además buscan el mismo objetivo (las plazas que dan derecho a disputar competiciones europeas) y que tienen una infraestructura, aunque con matices, similar en lo institucional, social y deportivo.

Otro de los aspectos que ilustran la tendencia opuesta entre Sevilla y Valencia ha sido el comportamiento de ambas entidades en el recientemente cerrado mercado de invierno. Mientras el club nervionense se ha desprendido de cinco de los jugadores de su plantilla (Cala, Perotti, Rusescu, Rabello y Julián), el Valencia ha sido, con diferencia, el club que más ha gastado en fichajes, algo que no deja de sorprender por su delicada situación económica. Hay detrás una próxima operación de venta del club a inversores por parte de Bankia, pero aún -que se sepa- no se ha producido. El caso es que, sea como fuere, el Valencia ha gastado 5,1 millones de euros, a los que habría que añadir los 12 que abonará al Oporto por Otamendi, aunque no está inscrito y será para la próxima campaña. A Mestalla han llegado hasta cinco futbolistas (el mismo número que sale de la plantilla sevillista), Seydou Keita, procedente de la liga china, Senderos, del Fulham, Eduardo Vargas, cedido por el Nápoles, el brasileño Vinicius Araújo y el portugués Rubén Vezo.

El Sevilla cuenta con el apoyo de su afición y, además, suele crecerse en estos partidos, amén de disponer de un equipo muy potente, sobre todo en el aspecto ofensivo, pero las sensaciones que ha ofrecido en el último mes convierten en normales y absolutamente justificables cualquier atisbo de duda.

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