Colíder, ¡qué importa cómo! (2-1)
El Sevilla remonta en la recta final ante el Villarreal, que tenía en su mano el triunfo hasta con cierta justicia. Los goles de Denis Suárez (88') y Bacca de penalti (93') permiten que se vea noviembre desde lo más alto de la tabla.
Dicen que el Sevilla tiene suerte. Y mucha. Y puede que sea así. Pero nadie podrá negar al Sevilla que busca esa suerte hasta el pitido final. El cabezazo de Palop en Donetsk y el saque de banda de M'Bia en Valencia están en el santoral del sevillismo. Este triunfo casero contra el Villarreal, rival directísimo, no llega a tanto pero le sitúa colíder junto al Barcelona cuando asoma noviembre. No es ninguna broma en esta Liga tan exigente por arriba y ni siquiera que el Villarreal tuvo el triunfo en su mano y se fue de vacío emborrona la trayectoria de un equipo que cree muchísimo en sí mismo. Incluso estando mal es un peligro y eso es un valor per se que ayuda sobremanera a quemar etapas incluso desde el ático de la clasificación.
Dicen también que 90 minutos en el Bernabéu son muy largos. Contra el Sevilla, y más en el Pizjuán, 95 se pueden hacer eternos. El Villarreal le jugó muy bien al Sevilla, incapaz de darle la circulación que requiere un contragolpe frente a un rival tan trabajado defensivamente. Demasiada conducción y dos puntas en un giro táctico que no terminó de convencer. Seguramente Emery repetirá y funcionará, pero esta vez Bacca se ahogó en su soledad y a Gameiro le falta ritmo y entenderse con Deulofeu. Si éste era el generador de peligro número 1 del Sevilla, Denis Suárez era quien mejor leía la situación y al Villarreal no se le hizo demasiado complicado tapar al gallego.
Siete cambios de nuevo, con los inamovibles Beto, Carriço y Krychowiak más Gameiro del tostón de Lieja. Titulares al salón pero el ímpetu del Sevilla no termina de convertirse en ocasiones y el Villarreal de Marcelino se fue encontrando cada vez más cómodo, con un sensacional Bruno y unos centrales tremendamente solventes pese a la lesión de Musacchio. Fue Bruno el primero que asustó pero Deulofeu sí que lo hizo de veras, con un córner a la cruceta y un pase de genio a Coke, que disparó manso para Asenjo. Después de un inicio algo descontrolado, ambos equipos se aburrieron de controlarse y sólo se alteró la cosa con un zapatazo de Trigueros despejado de cualquier manera por Beto, dejando el balón en el centro para que Uche permitiera lucirse al meta portugués.
A vuelta de pausa todo puede cambiar porque Moi Gómez le suelta un codazo a Coke que debió suponer la segunda amarilla y una complicación extraordinaria para el afinado entramado de Marcelino. Pero el control máximo persistía y los primeros cambios desde luego no hacían presagiar lo que ocurriría después.
Poca cosa hasta la recta final, o mejor dicho, hasta que entró Cani y un pase de Trigueros lo convirtió en asistencia a Vietto resquebrajando al Sevilla por el centro. El estiloso delantero argentino picó cruzado a la perfección para hacer el 0-1 a diez minutos del final. Fantasmas por doquier y Emery da entrada a Banega para intentar equilibrar la necesidad y la ansiedad. Así ocurre y el Sevilla consigue darle la vuelta a la delicada situación de forma completamente inopinada.
Con el coraje habitual pero sin demasiados argumentos, de la ocasión perdida se pasa al ¡toma ya! Un centro de Coke que persiguen Denis y Bacca enreda a los centrales amarillos y el gallego, a trancas y barrancas, la pone ajustadita al palo para batir a Asenjo. Minuto 88 y el punto parecía fantástico visto lo visto. Ocurrió que en el 92 Tremoulinas, que se jugó la expulsión dos veces encadenando piscinazos, fue muchísimo más listo que Giovanni y le robó la cartera en el pico del área visitante siendo derribado por el mexicano. Bacca, horrible toda la tarde, no falló y hasta el 95 final todo fue disfrute de un triunfo que iguala al Sevilla con el Barcelona a la cabeza de la Liga. El mérito de verse tan arriba cuando asoma noviembre permite concluir que el cómo, la verdad, es casi lo de menos.
También te puede interesar
Lo último