No quedan ni las raspas
Baloncesto l Cajasol
Más de 10 operaciones se han visto truncadas por el camino en busca de un base
Miles, Sada, Vitali, Limonad, De Colo, Koponen, Seibutis, Poeta, Llull, Pecile, Kalnietis, Tapiro... Por esta extensa nómina de jugadores ha peleado el Cajasol. Desde abril están dando vueltas al asunto en el club sevillano. El perfil se basaba en un joven base con talento que pudiera actuar como escolta y creciera junto a Bennett.
Más de diez operaciones, seguramente unas cuantas más, en curso desde antes de concluir su periplo el Caja por la campaña 07-08 hasta hoy; eso sin contar los múltiples ofrecimientos como Porta o Markovic. Ni las raspas quedan de las numerosas primeras opciones barajadas. Solución: salvo la aparición de un mirlo blanco que se ponga a tiro, hay que pasar al plan B (C, D o E). En el sondeo habrá que bajar un escalón y luchar por bases de segundo rango.
Miles, Miles, Miles. El cuento con Miles. Desde comienzos de año estaba el agente aseverando al Caja que el jugador tendría pasaporte de un país europeo. Primero, Georgia; luego, todos valían, sobre todo alguno balcánico. A 10 días de septiembre, su visado es estadounidense. Y punto. Y él, sin equipo con tanto mareo. Sada era un candidato de peso después de su ejemplar rendimiento. Tan de peso como inviable. Los grandes se darían tortas por él y al final recaló en su antiguo hogar: el Palau. Vitali era el sueño de Comas, quien echó horas de teléfono con él y su padre para arrancarlo de su equipo y que sucumbiera a los encantos de Sevilla. Cerca, pero se decidió por continuar en Italia con otra elástica.
Van sólo tres. El hebreo Limonad estaba a un paso de firmar, pero la dualidad de agentes hizo que desembarcara en Israel cuando en España iba viento en popa la negociación, aunque también se metió el representante de Miles para recordar que el famoso pasaporte estaba a punto de caramelo. Falso. De Francia, como el israelí, se ojeó a De Colo. Con contrato en el Cholet, el galo deseaba salir, pero su club se cerró en banda. Entonces llegó el viaje de Humet a Orlando y Las Vegas. Objetivo en Nevada: Koponen. El finés tuvo una actuación de campanillas con los Blazers y Pritchard, mánager general de Portland, no decidirá si cuenta o no con él hasta el próximo mes. El Caja ofertó. Tenía opciones, salvo que la franquicia de Oregon no le dé la alternativa ya. Nuevo problema. Aparece la Virtus con otra propuesta y, ahora, el Tau. Los baskonistas buscan sustituto a Dragic por si éste acaba en los Suns. Y gusta Koponen.
Sigue la lista. En Las Vegas también andaba Seibutis. El lituano quería salir de Olympiacos al no tener sitio. Vino a Sevilla para comprobar que su estado físico, por problemas en la espalda, era adecuado. Surgieron dudas y operación al garete. Joven, alto y con buena pinta es Poeta, base del Teramo, pero el italiano sigue ligado por contrato con su club y no está en venta. Era tarde para tirar de la opción de salida que tenía hasta el 10 de julio.
Las cesiones también se les ha pasado por la cabeza a los regidores cajistas. Sergio Llull cuadraba en el proyecto, pero el Real Madrid estuvo receptivo al principio hasta que dejó de estarlo. Kalnietis es el base suplente del Zalgiris y no tiene inconveniente en abandonar Kaunas, pero el conjunto presidido por Sabonis se niega en redondo a prestar a su precoz promesa.
Cambiando el chip y ampliando el abanico a jugadores más veteranos, sale Pecile. No se queda en Granada, iba a Kazan, pero no firmó finalmente, y está en paro. Contratiempo: se pasó el plazo de ofertas a jugadores de la ACB y ningún equipo español le hizo propuesta alguna para que el Granada pudiera ir al tanteo. La conclusión es que el conjunto nazarí es el único en el que puede actuar el italiano en España. Por tanto, habría que llegar a un acuerdo económico con el club de José Julián Romero, circunstancia inviable. Además, el veterano hebreo Tapiro también tenía ganas de venir, no así el Hasharon, escuadra a la que pertenece.
Alguno más se quedará en el tintero, pero el fichaje del base es una obsesión maldita para Comas y el equipo directivo del Cajasol, que no ceja en el empeño para que el mercado ofrezca aún alguna alternativa y no tener que bajar el listón en un puesto tan vital.
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