El Sevilla hizo oficial ayer la marcha definitiva de Denis Suárez, cuyo futuro fuera del equipo de Emery ya anunció prácticamente Monchi en la presentación de Fernando Llorente. El  mediapunta gallego, que estaba en su segundo año de cesión por el Barcelona, jugará cuatro temporadas en el Villarreal, que abonará al Sevilla una cantidad que supera los 4 millones de euros para que renuncie al año que le quedaba en Nervión. El Barcelona se reserva un derecho de recompra por 3 millones en el primer año y por 6 en el segundo.

Emery justificó su salida en su rueda de prensa de ayer, aunque matizó que se negó a ella en las tres primeras semanas de pretemporada: "Vino más bajo de moral. El Barcelona no pudo repescarlo en verano y él vio que el año pasado, en los partidos de máxima exigencia, no acabó como titular. Veía el equipo muy competitivo y pensaba que le iba a costar entrar. Yo quería que se quedara y le dije: compite. Confiaba, confío y confiaré en él porque tiene una proyección importante, pero no pude insistir más".

El jugador, seducido por la posibilidad de jugar más en el Villarreal, se despidió de la afición en una carta en la que agradeció el trato recibido en un club en el que considera que ha crecido futbolísticamente. El Sevilla, por su parte, saca una buena tajada por un jugador que no le costó nada. Ahora Monchi estudia si aprovechar el hueco en la petición de un hombre de banda derecha que ha hecho Emery. El preferido es Mauricio Isla, pero no es nada fácil y ayer rumores de una cesión al Marsella lo complican más.