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Parón para ajustar el equipo pero sin nueve internacionales

  • La dureza del Grupo D deja poco margen y la visita del M'Gladbach en 15 días se antoja como una cita clave

Al Sevilla le falta bastante para mostrarse como un bloque competitivo de garantías, para estar a la altura del elevado reto que exige el paso adelante que quiere dar. En los tres partidos oficiales disputados, el conjunto de Unai Emery ha evidenciado importantes desajustes en su estructura. El equipo ha competido, pero sólo en algunas fases de los tres partidos. La prometedora reacción en la Supercopa de Europa no debe esconder los graves desajustes que sufrió el Sevilla en el eje del sistema defensivo. En Málaga, el Sevilla empató defendiéndose con uno menos tras la expulsión de N'Zonzi, pero también pudo perder. Y el Atlético puso sobre el tapete que no es sencillo competir con los equipos de primer nivel.

Emery tiene ahora un parón liguero por delante, con menos margen que otros equipos dado que el Sevilla retoma la competición el viernes 11 de septiembre con la visita al Levante. Y el martes 15 llega el esperado debut en la Champions, ante el Borussia Mönchengladbach. El partido ante los alemanes se presenta como una cita clave por la dureza del Grupo D. En teoría, y casi en la práctica por el mal inicio del equipo de Lucien Favre, el M'Gladbach es el rival más asequible y empezar ganando ese partido es obligatorio para ir con cierto oxígeno a Turín y Manchester posteriormente. Por ello, Emery se afanará en estos 15 días en corregir los errores reiterados y en dar con el engranaje de la base de su equipo y los refuerzos de relumbrón.

El principal problema para ese empeño es que Emery no podrá contar en el parón con sus nueve internacionales: Beto, Sergio Rico, Tremoulinas, Krychowiak, Banega, Krohn-Dehli, Vitolo, Konoplyanka e Immobile. Banega, para más inri, juega su segundo amistoso en Estados Unidos en la madrugada del miércoles 9 y tendrá que apurar mucho para viajar el jueves 10 a Valencia. Es el pago obligado a tener una plantilla de tanto caché. Además, el mal inicio liguero lo obliga a no realizar excesivas rotaciones en el Ciudad de Levante para buscar el primer triunfo y no descolgarse de la lucha de arriba. Éste es el nivel de exigencia que debe afrontar Emery, el reto del crecimiento.

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