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Un Emery más positivo

  • El técnico, pese a la delicada situación del Sevilla, usa un discurso más vivo y alegre "Es el mejor momento para recibir al Barcelona", asevera

Quejarse de las bajas y del cúmulo de partidos y circunstancias negativas no le ha servido de mucho hasta ahora a Unai Emery, salvo para darles dardos a los que lo tienen en el centro de la diana. Quizá por eso, quizá también porque es el principal responsable de insuflar ánimos a los suyos, el entrenador sevillista varió su tono quejumbroso hacia uno más positivo durante su comparecencia ante la prensa. Emery viró hacia un discurso más alegre y vivo, más alejado de las sombras y los problemas, que son muchos, que tiene el Sevilla. La necesidad apremia igual y el pesimismo no varía un ápice las urgencias. Por ello, el de Fuenterrabía ni siquiera se quejó de que el Barcelona tuviese un día más de descanso que su equipo.

Evidentemente, Emery es consciente de todos esos problemas e inconvenientes. ¿Pero ayuda al equipo airearlos en público sin recato? De entrada, rechazó que fuera un mal momento para recibir al tricampeón: "Si a uno le dejasen elegir los momentos, sería difícil acertar (...). Es el día perfecto para enfrentarnos al Barça y las cuatro de la tarde, el mejor horario posible".

Asimismo, asumió como lógicas las críticas a su función, en tanto que son parte del escenario futbolístico: "Como entrenador pienso en positivo y centrarme en el partido ocupa todas mis horas. No me distraigo en situaciones externas al trabajo o que me resten energía. Vivo con lo que tengo que hacer, con mi trabajo, buscando recuperar las sensaciones y con acertar, no tengo tiempo para ver qué se dice de mí. Me centro en encontrar soluciones a través del trabajo. Es mi cometido y mi energía. El Sevilla es un club grande y tiene mucha opinión, y es bueno, pero no podemos estar pendientes".

Más tono positivo. Frente a los rumores sobre presuntos grupitos de jugadores y división del vestuario, el técnico de Fuenterrabía destacó la implicación que ve en el día a día: "Veo al vestuario y la convivencia en el grupo es de buena a muy buena. El grupo está bien, trabajando unido. Me manifiesta las ganas y la responsabilidad que tiene. No hay nadie ausente, es incorrecto, el grupo está bien. Sólo vemos un grupo fuerte que necesita acierto. Cuando perdemos todos venimos con mala cara".

Para continuar con ese giro hacia la búsqueda de las soluciones sin entonar una salmodia llorona, ni siquiera quiso hacer hincapié en que, si el Barça tiene las bajas de Messi e Iniesta, el Sevilla acumula las de Beto, Rami, Carriço, Pareja, Banega... "A cada uno le perjudican sus bajas. Nosotros trabajamos sobre esas circunstancias. Sobre Krychowiak, puedo decir que es todo sacrificio y dedicación. Su rendimiento está siendo bueno. El Barça también tiene bajas, pero sigue siendo el favorito, hay bajas en todos los equipos cada jornada, pero equipos como Barcelona y Sevilla están hechos para suplir esas ausencias". Eso sí, no pudo resistirse a bromear al respecto al decir que "el día que no haya nadie en la enfermería habrá que hacer una fiesta".

En lo que sí incidió bastante Emery fue en la voluntad y la energía que ve en los suyos, por encima del bajón anímico que se puede suponer desde fuera por el mal inicio del equipo y la mala imagen en Turín: "Tenemos muchas ganas de enfrentarnos a un gran equipo como es el Barcelona y retarnos a las dificultades que entraña este partido y más en nuestro estadio. Los jugadores están concienciados y queriendo dar pasos, trabajando el día a día con ilusión, con ganas y compitiendo. Y eso a mí me transmite que el equipo quiere y está. El Ramón Sánchez-Pizjuán es el escenario ideal para manifestar esas ilusiones, motivaciones y ganas de querer dar alegrías a la afición". Es el difícil reto del Sevilla.

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