La continua precariedad

Deportivo-sevilla

El Sevilla, ya en pleno diciembre, busca un primer triunfo a domicilio que lo enganche de una vez a la lucha de arriba. La amenaza de la Juve y la ausencia de Banega, inconvenientes.

La continua precariedad
La continua precariedad
Eduardo Florido

05 de diciembre 2015 - 05:02

La suerte del Sevilla, ésa que los más críticos a Uani Emery siempre señalaron como su piedra filosofal, es que cuando el calendario ya está metido en diciembre y aún no ha ganado ni un partido a domicilio en la Liga, todavía está a tiro de piedra de los puestos europeos. Por un cúmulo de circunstancias en la que la falta de fortuna en los momentos puntuales también ha tenido mucho que ver, este Sevilla en continua precariedad, de puntos, de efectivos, de suerte, de confianza..., no ha salido victorioso en ninguna de sus salidas, a excepción de la copera de Logroño. Precisamente la victoria en Las Gaunas es tomada en el vestuario sevillista como un punto de inflexión que puede ser liberador. Y a ello se agarra en su nuevo desplazamiento el técnico, que se declara optimista por mucho que el nivel del Logroñés diste bastante de las prestaciones de este Deportivo que se ha ubicado en una envidiable quinta plaza.

Emery es optimista, o así se declaró en público, por mucho que, una vez más, no tenga plena libertad para elegir a sus mejores hombres ante la nueva odisea que se le plantea lejos de Nervión. Banega se cae de la convocatoria por unas molestias en el sóleo, una pequeña dolencia que, a buen seguro, no le impediría viajar hoy a La Coruña. Pero la amenaza de la Juventus es muy grande y también responde a la precariedad que ha exhibido el Sevilla en la Champions, de la que fue apeado con una jornada de antelación. El clavo ardiendo de la Liga Europa se presenta como una distracción trascendental a la hora de confeccionar el once y la convocatoria del equipo para intentar desbancar al Deportivo de ese quinto puesto. Es la eterna pescadilla que se muerde la cola que ha acompañado al Sevilla desde su pésimo inicio, por haber perdonado a equipos de menos enjundia como Málaga, Levante, Eibar... Por haber ido dejando para mañana lo que debería haber hecho ayer. Porque a la falta de fortuna y de confianza han contribuido enormemente esa dejadez o esa falta de contundencia que ha mostrado el equipo de Emery en campos de los que tendría que haber salido victorioso, aun con el consabido cúmulo de bajas.

Sin Banega ni Tremoulinas, las dudas en torno al once que presentará el Sevilla en Riazor son múltiples. Una vez más hay que jugar a adivino con las intenciones del entrenador de Fuenterrabía, quien, pese a que la enfermería continúa teniendo a demasiados inquilinos, tiene de sobra donde elegir para presentar un equipo competitivo.

De entrada, Gameiro vuelve a estar en la lista de convocados, de la que debe realizar un descarte. El Sevilla partirá en la mañana de hoy con sus tres delanteros y eso ya abre un abanico razonable de dudas sobre la elección definitiva. Sin embargo, la principal incógnita aparece en el centro del campo, puesto que la defensa la compondrán los que hay, con la única incertidumbre sobre si será turno para Coke o para Mariano. Escudero tendrá otra ocasión para reivindicarse con el plus de motivación del gran gol que le dio la victoria al Sevilla ante el Valencia, jugada en la que fue clave el hombre ausente hoy, Banega.

Cubrir la baja del argentino será el principal quebradero de cabeza de Emery. Krychowiak se aparece como el único centrocampista con puesto fijo en el once y, a partir de ahí, las variables son múltiples. En marzo pasado, el técnico apostó por Iborra junto a Krychowiak y Banega, cinco días antes de la ida de octavos de la Liga Europa ante el Villarreal, y el Sevilla ganó 3-4. Lo más probable es que el valenciano vuelva a estar como titular, como segundo punta, escoltado por Vitolo, Konoplyanka, en los flancos, y por N'Zonzi y Krychowiak en el eje. Pero también podría tener su sitio Krohn-Dehli en la izquierda para que el ucraniano esté fresco el martes ante la Juventus.

Enfrente estará un Deportivo que ha hecho de la regularidad propia y la irregularidad ajena su mejor arma para haber subido, a la chita callando, hasta el quinto puesto de la clasificación. Pero, cuidado, el éxito del equipo de Víctor Sánchez del Amo no es sólo fruto de la inconstancia de otros rivales como el propio Sevilla, el Villarreal o el Valencia.

La solidez, el equilibrio y mucha solidaridad en la presión están en la base de su inesperado brío. De hecho, sólo ha perdido dos partidos en las trece jornadas disputadas, en casa ante el Sporting y en Málaga. En cambio, ha sido capaz de ganar cinco de esas citas, si bien sólo dos en casa, al Celta recientemente y al Espanyol. De su correosa puesta en escena ilustran perfectamente los seis empates que ha firmado, tres de ellos en casa (Real Sociedad, Athletic y Atlético en Riazor). El Sevilla aspira a cambiar su tendencia en un estadio otrora maldito, en el que un empate sabría mal hoy día. Y el Deportivo lo recibirá con un mullido colchón de confianza.

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