"La clave no es sólo hacer algo bonito. La clave es venderlo". Así define Adrián Ortiz la filosofía que mueve a Famori desde que la fundara hace diez años, poco tiempo después de licenciarse en Administración y Dirección de Empresas. "Y lo que hay que hacer, hacerlo pronto y perfecto. Y como nos encanta este trabajo, mejor", apostilla uno de sus socios, Alberto Sandino, ingeniero industrial que junto al ingeniero informático Juan Miguel Calahorro y a Ignacio Gallego, responsable del área comercial, constituyen los otros tres puntales de la compañía, con sede en Alcalá de Guadaíra.

Famori está especializada en el diseño de imágenes que se pueden proyectar sobre cualquier superficie y reaccionan al percibir movimiento, interactuando con el público. Por ejemplo, han comercializado con éxito en varias discotecas de Ibiza barras interactivas que juegan con los clientes. "Puedes señalar a alguien y unir tu copa con la suya o proyectar publicidad en cada vaso. Tiene muchas posibilidades en el mundo de la restauración", destaca Alberto Sandino.

Otra variante consiste en un "suelo sensible", que varía la proyección en función del lugar donde se pise, lo que permite jugar a las chapas o al hockey, descubrir imágenes ocultas... "Se trata de que juegue contigo y tú con él", dice Adrián Ortiz. Las aplicaciones de esta tecnología también abarcan la holografía, que mediante una ilusión óptica, "engaña" al espectador con imágenes que flotan en el aire por arte de magia.

Uno de sus últimos proyectos es una aplicación para smartphones que se instala automáticamente mediante un código QR al pasar el terminal por encima de la mesa y permite a los clientes de un restaurante pedir su comida a la cocina directamente a través de su dispositivo.

Inicialmente, la mayor parte de los clientes de Famori eran grandes empresas, que les contrataban para acciones comerciales, o agencias de organización de eventos, muchos de ellos fuera de España. Entre su cartera de clientes se encuentran firmas como Coca Cola, Philip Morris, Iberia, Nestlé o Airbus Military. Pero la crisis también les ha afectado, aunque les ha servido de acicate para reconvertirse. "A mí no me gusta hablar de crisis, sino de cambio de roles. Los eventos han caído mucho, por lo que nos hemos reinventado y nos hemos orientado también hacia el mundo de la restauración, como bares o discotecas", relata Adrián Ortiz.

Al menos, las cifras están respondiendo. Famori cerró 2012 con un Ebitda de unos 200.000 euros y 500.000 euros de negocio, y pretende alcanzar durante este ejercicio los 700.000 euros de facturación.

Sus planes pasan por reorientar su gestión comercial. "Hasta ahora los clientes venían a buscarnos. Pero pretendemos ser más proactivos", destaca Adrián Ortiz. En este sentido, acaba de incorporarse a la empresa un experto en comercio exterior con el fin de incrementar los contactos en el extranjero, principalmente en Europa, aprovechando los que ya han establecido con multinacionales. Otra de las claves de su crecimiento será la comercialización de la barra interactiva para el sector de la restauración. "Es una idea de decoración bastante nueva y atractiva para discotecas, que suelen cambiar de ambiente cada uno o dos años, restaurantes. Queremos invadir España con las barras", señala Alberto Sandino.