La reforma de las pensiones permitirá a los trabajadores una mayor elección a la hora de jubilarse, lo que supone pasar de un sistema "imperativo" a uno "flexible", según el Ejecutivo. Así, los empleados tendrán la posibilidad de jubilarse a los 63 años con 33 años cotizados (y un coeficiente reductor máximo del 42%); o cobrando toda la pensión con 65 años si tienen 38,5 años cotizados o los cumplen antes de los 67.

El Gobierno está muy satisfecho con el acuerdo alcanzado con los sindicatos, valorando que el diálogo social vuelva a dar sus frutos. El vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmó ayer al respecto que "una reforma consensuada en principio tiene todos los elementos para que salga bien". Por su parte, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, añadía que la idea de la reforma es que el gasto en pensiones no tenga dimensiones "explosivas" en 2050 y sea similar al europeo.

Tras meses de negociación y una última jornada maratoniana, finalmente Gobierno y sindicatos alcanzaron la madrugada del viernes un acuerdo sobre la reforma de las pensiones. "Hemos dormido poco pero con la conciencia tranquila por el trabajo bien hecho", subrayó complacido Rubalcaba ante los medios. En el Consejo de Ministros, se había dado luz verde al anteproyecto de ley, que eleva a 67 años la edad de jubilación, siendo necesarios 37 años cotizados para cobrar el total de la pensión.

La reforma también contempla que las prejubilaciones tengan carácter voluntario y no tengan que pasar por un despido, al tiempo que se encarecen para los empresarios las prejubilaciones en expediente de regulación (ERE). El Gobierno reserva la jubilación anticipada por despido cuando se deba a causas "objetivables", como la incapacidad del empresario, concurso de acreedores, etc.

Otras novedades en la reforma son los beneficios para los jóvenes y las madres. Las mujeres podrán contar con nueve meses de cotización por hijo, con un máximo de dos años, si han tenido que dejar de trabajar para cuidarlo. Los jóvenes podrán cotizar sus programas formativos remunerados, como las becas, siempre mediante la firma de convenios singulares con la Seguridad Social. Esta medida tendrá efecto retroactivo, pudiéndose recuperar esas cotizaciones entre 2006 y 2010.

Gómez consideró que se ha dado "un gran salto" al alargar en diez años, hasta los 25, el periodo utilizado para calcular la pensión. La reforma situará a España "prácticamente en la banda media" de periodos de cómputo vigentes en la mayoría de países europeos, y, en ese sentido, recordó que algunos de ellos utilizan toda la vida laboral. En su opinión, "éste debería ser el objetivo a futuro".

Pese al espíritu de satisfacción que el Gobierno transmitió en sus declaraciones, Rubalcaba admitió que "aún quedan cosas por hacer". Y es que, en estos días empezarán a discutirse otros temas que se quieren incluir en el pacto, como la política energética, la industrial y la de I+D. "Nuestra voluntad compartida es alcanzar ese gran acuerdo social", aseguró el vicepresidente.