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Enrique Rojas. Psiquiatra

"El pesimismo goza de un prestigio que no merece"

  • Autoridad mundial en temas como la ansiedad y la depresión, el autor de 'El hombre light' o 'No te rindas' presenta su último libro, 'Vive tu vida'.

Con formación clínica y universitaria en Madrid, Oxford, Londres y Nueva York, Enrique Rojas (Granada, 1949), catedrático de Psiquiatría y Psicología Médica, ha vendido más de dos millones de libros. Autoridad mundial en temas como la ansiedad y la depresión, el autor de El hombre light o No te rindas, presenta su último libro, Vive tu vida (Planeta, Temas de Hoy). Casado con Isabel Estapé, primera mujer en la Academia de Ciencias Económicas y Empresariales, tiene cinco hijos.

-Su último libro se titula Vive tu vida. ¿Es una redundancia?

-Es un alegato inspirado en Píndaro. Saca lo mejor de ti mismo.

-¿Con qué verbos se conjuga vivir: recordar, esperar, amar, temer, luchar...?

-Los cuatro elementos fundamentales son amor, trabajo, cultura y amistad. Mézclese según arte, como en las farmacias. Igual que las recetas magistrales, mézclese según arte.

-¿En qué orden?

-El orden tiene que ser amor y trabajo, trabajo y amor. Amistad y cultura vienen después.

-¿Su libro Adiós, depresión completa la película Bonjour tristesse?

-Hoy el pesimismo goza de un prestigio intelectual que no merece. Hay un fondo romántico en la sociedad, una melancolía y si alguien se muestra optimista o alegre es sospechoso.

-¿A eso ayuda el toldo de la crisis?

-La crisis es real, como lo fueron las depresiones del 29 en Nueva York. Pero por debajo de la crisis económica hay una crisis conceptual más profunda de renuncia a la vida. Está todo patas arriba. El orden, la disciplina se cuestionan y es un escándalo, pero al mismo tiempo es apasionante y terrible. La vida arde como nunca y es apasionante como siempre.

-¿De dónde sacó la fórmula de su libro No te rindas?

-Se la robé a Tony Blair en su campaña electoral, que se la robó a Winston Churchill. Nada es difícil si hay voluntad. La derrota enseña lo que el éxito oculta.

-¿Hay que tener voluntad para hacer lo que uno quiere o lo que no quiere?

-La voluntad no es hacer lo que me apetece sino lo que es mejor para mí y para la sociedad.

-¿Granadino en Madrid?

-Cada vez que viajo y cruzo Despeñaperros se me mueve algo dentro de mí. Voy a Granada a ver a la familia. Me gusta la gente de Sevilla. Los granadinos son más sosos, más reservados, más interiores. El sevillano es más abierto. Con Granada y Sevilla me pasa como con mis dos pasiones musicales, Beethoven y Mozart. Depende del momento.

-¿La música de la ciudad?

-En Granada sonaría con versos de Lorca: "Calle de Elvira donde van las manolas, las que se van a la Alhambra, las tres y las cuatro solas...". En Sevilla, con Antonio Machado: "Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero". Lorca es el poeta de la magia y la metáfora. Si la generación del 27 fue un segundo Siglo de Oro, él está en la cúspide, por encima de Alberti.

-Escribió una Guía práctica contra la depresión. ¿Habría una guía turística con ese afán?

-Yo haría una guía turística para combatir la melancolía que empezaría por Sevilla y seguiría por Cádiz. El gaditano tiene menos finura, es más espontáneo, la chirigota, el carnaval. El itinerario de la afectividad en Andalucía tiene muchos matices.

-A la ansiedad le dedicaron hasta una canción del verano...

-Es una respuesta de miedo anticipatorio que tiene manifestaciones físicas y psicológicas. De las primeras, pellizcos gástricos, dificultad respiratoria, caminar sin rumbo. En cuanto a las psicológicas o cognitivas, hay dos modalidades en ansiedad: la generalizada y la crisis de ansiedad o de pánico que se ha puesto de moda. Una serie de temores etéreos, difusos y desdibujados que tienen tres estados: el temor a la muerte, el temor a la locura, el temor a la pérdida del control.

-Ha muerto Leopoldo María Panero, un genio que vivía en un manicomio...

-Era una familia de genios, que tenían magia con la palabra y disfunciones en el ámbito familiar. Tengo pasión por la poesía. Es el arte para artistas, como decía Ortega en La deshumanización del arte. Igual que la música de Debussy es música para músicos.

-¿Quiénes fueron sus maestros?

-Laín Entralgo, López Ibor, Vallejo-Nájera, Francisco Alonso Rodríguez, pero el más influyente fue mi padre, Luis Rojas Ballesteros, granadino también. Estudió en Berlín y Múnich en una época en la que los españoles viajaban poquísimo. Conoció los métodos de la Institución Libre de Enseñanza. La psiquiatría actual es de corte americano. Los psiquiatras españoles por lo general no saben alemán, hablan inglés, pero ha habido un giro copernicano en la psiquiatría. La que yo practico es de tipo humanista. La escuela de mi padre y la que ha empezado a desarrollar mi hija Marián Rojas Estapé con veintitantos años. Estaba en Puerta de Hierro y ahora está conmigo.

-¿Existen remedios contra el desamor?

-La sombra del ciprés es alargada. Lo fundamental es que para estar bien con alguien hace falta primero estar bien con uno mismo. Ibn Hazm, poeta cordobés del siglo XII, en El collar de la paloma que tradujo mi paisano Emilio García Gómez, dice que "corazón que no quiere sufrir dolores, pase la vida entera libre de amores". No hay amor sin renuncia y hoy hay un gran analfabetismo en esta cuestión.

-Vivir, vivir... Los suicidios superan a las muertes en accidente de tráfico...

-Todo lo que es noticia es negativo. Hay muchísimas cosas buenas. Yo creo en esta sociedad y me gusta el siglo XXI. ¿Fue mejor el siglo XX con esos dos ismos, el nazismo y el comunismo? ¿O el XIX? En el Renacimiento, la mitad de la población italiana era analfabeta. Los Médicis eran la guinda del pastel. En esta sociedad se nace pobre y se puede morir rico, se nace analfabeto y puedes ir a la universidad. Puedes viajar, aprender idiomas.

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