Desde 1976, el Museo de Bellas Artes de Sevilla contaba con uno de los célebres lienzos que Ignacio Zuloaga (Éibar, 1870-Madrid, 1945) dedicó a sus amistades. Se trataba del Retrato de Madame Malinowska, la Rusa (1912), donde pintó de cuerpo entero a esta artista del Este que trabajó en París y expuso en España a principios del siglo XX. La obra era un depósito del Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, adonde el lienzo acaba de volver. En su lugar, la pinacoteca madrileña ha depositado ahora en la sevillana un nuevo retrato que vuelve a demostrar la capacidad de dibujante del artista vasco, quien estuvo vinculado muchos años a la capital andaluza. Esas influencias del sur español, especialmente de sus telas, vestidos y mantones, están muy presentes en el lienzo Bailaora, Antonia la Gallega, que Zuloaga pintó en París en 1912 y mide 196 x 117 cm. Según señala en un comunicado la Consejería de Cultura, el cuadro es, como el de Madame Malinowska, "un retrato femenino de cuerpo entero que corrobora la importancia que este género tuvo en la obra de Zuloaga. En este caso, el artista presenta a una bailarina, mujer de carácter, que se planta de pie frente al espectador con autoridad y fuerza. La modelo está detenida, con el único movimiento de sus manos, y aparece de tres cuartos, sin referencia espacial ni ambiental. El fondo es neutro, aunque formado por una especie de remolino agitado que subraya la energía y fuerza expresiva del personaje".

No es ésta la única novedad expositiva que afecta al Bellas Artes, que acaba de incorporar a su colección permanente dos pinturas: Huida a Egipto, un anónimo del círculo de Murillo, y El conde de Urgel en poder de los hombres del rey Fernando de Antequera de José María Tamburini (Barcelona, 1856-1932). El óleo sobre lienzo Huida a Egipto (206 x 247,5 cm.), adquirido por la Consejería de Cultura, está datado entre finales del siglo XVII y comienzos del XVIII. La escena representada está sacada de los evangelios apócrifos y narra el momento en que la Sagrada Familia hace un alto en el camino para descansar a la sombra de una palmera.

En cambio, el óleo sobre lienzo El conde de Urgel (127 X 170 cm.) de Tamburini es una donación de Antonio Girona Godó. El cuadro se inspira en un hecho histórico de la vida de este aspirante a la corona de Aragón. Tamburini, que se formó en la escuela de la Lonja en Barcelona antes de continuar estudios en París y Roma, tuvo dos etapas diferenciadas: una primera, a la que pertenece esta obra, en la que los protagonistas son los cuadros de historia y una segunda impregnada de temática idealista y simbólica que le llevaría a acercarse al Modernismo.