Tras acercarse a la ópera actual con el Doctor Atomic de John Adams, el Maestranza vuelve a uno de los títulos clásicos del repertorio lírico, Tosca. La obrade Giacomo Puccini vuelve a representarse en la ciudad, desde este viernes hasta el 13 de junio, gracias a una coproducción del teatro sevillano y del Liceu de Barcelona -donde fue vista por más de 30.000 personas-, en una versión que, según el director de escena Paco Azorín, quiere "huir de los lugares comunes, de los tópicos, hacer una lectura para que la gente sienta que visita esta óperapor primera vez".

El escenógrafo asegura que ha concebido "una Tosca que camina" desde un primer acto "más convencional. Después, en el segundo acto, le damos la vuelta a la tortilla y mostramos la trastienda del poder. Entonces no es tan convencional ni tan realista, sino algo más dramático", relata Azorín. Es entonces cuando, entre el segundo y el tercer acto, adelanta Pedro Halffter, director musical de esta producción, se plantea un efecto "que exige un esfuerzo tremendo de los técnicos y que hace que el montaje sea mágico. La grandeza no va a estar sólo en las voces", anticipa. En palabras de Azorín, en ese final "viajamos hacia un tono más metafórico, más simbólico", aunque, advierte, "todo el mundo va a reconocer Tosca en lo que hacemos, pero encontrará cosas nuevas".

El director de escena recordó cuando Mitterrand inauguró "un edificio más democrático" como la Ópera de la Bastilla para exponer las virtudes que a su juicio posee el Maestranza. "Es un teatro que da una lección al mundo. En él todos los espectadores ven, oyen bien, están cerca del escenario. Es un teatro cercano. Y queremos que esta Tosca sea eso: cercana".

Entre los atractivos de esta revisión del clásico de Puccini, cuyas funciones se dedicarán a los recientemente fallecidos José Antonio Gutiérrez, Guti, director de escena que colaboró con el Maestranza en óperas como Madama Butterfly, Aida y Don Giovanni, e Isidre Prunés, diseñador de vestuario de esta producción, destacan las voces de la aclamada Hui He como Tosca y Jorge de León como Caravadossi, aunque también atraerán la atención los dos Scarpia que se alternarán para el papel: Ambrogio Maestri (que actuará este viernes, el 4, el 10 y el 13 de junio) y el veterano Juan Pons (1 y 7 de junio). La presencia de este último, que se retiró en 2012 y sólo regresa en citas puntuales, se debe a una lesión en el brazo de Maestri, que pese a los contratiempos se mostró contento de debutar en un teatro del que siempre le llegaban excelentes referencias. "Todo el mundo habla del Maestranza, y por fin estoy aquí", dijo Maestri, orgulloso de compartir papel con un maestro en cuya trayectoria encuentra similitudes. "Tenemos carreras parecidas, los dos empezamos con Falstaff", observó el barítono italiano. "Si tuviese la mitad de la carrera que él ha tenido, ya me sentiría satisfecho", añadió.

Pons, por su parte, retorna con un personaje que ha encarnado unas 400 veces a un escenario con el que tiene, contó, una implicación emocional. "La primera voz que sonó aquí fue la mía", rememoró, "en el concierto inaugural en el que participamos Caballé, Berganza, Carreras y Kraus, entre otros", dijo un intérprete que se siente "rejuvenecer" cuando pisa el escenario. Pons confesó haber tenido "problemas" en otras ocasiones con alardes tecnológicos innecesarios, "con algunas cosas raras, pero cuando esos avances están usados con lógica me parecen bien", dijo sobre la relectura de Tosca, y reconoció como una de las lecciones que ha aprendido a lo largo de tantos años de oficio "dar mucha importancia a cada palabra" que pronuncia.