BLASCO / TORNER

XVI Noches en los Jardines del Real Alcázar. Mariví Blasco, soprano; Ignacio Torner, piano preparado. Programa: 'Cruce de caminos (Música antigua o no…)': obras de Vásquez, Encina, Purcell, Haendel y anónimos sefardíes. Lugar: Jardines del Real Alcázar. Fecha: Jueves 16 de julio. Aforo: Casi lleno.

Volvían Mariví Blasco e Ignacio Torner a repetir su experiencia del pasado año, cuando en este mismo ciclo presentaron por primera vez un programa de canciones y arias de música antigua con el acompañamiento de un piano preparado, esto es, un piano cuyas cuerdas son manipuladas de algún modo para producir sonoridades diferentes a las ortodoxas. Interesante mezcla de experimentación y academia, de tradición y renovación que, aunque ya sin el impacto de la primera vez, dejó momentos musicales muy intensos en la tropical noche sevillana del jueves.

En las dos canciones sefardíes que abrieron la sesión, Torner manipuló el arpa del piano directamente con sus manos y la ayuda de una bola de billar, un slide de guitarra eléctrica y unas cerdas de un arco de violín. Blasco buscó una emisión natural y colocó las piezas en el entorno del folclore al que realmente pertenecen. Los matices expresivos y la delicadeza del fraseo se hicieron protagonistas en las piezas del renacimiento español (Vásquez, Encina), con una sonoridad de vihuela en el acompañamiento por el uso de cinta adhesiva en las cuerdas del piano. Más oscuro se hizo este con Purcell, que sirvió a la soprano valenciana para mostrar su capacidad para tocar la fibra más emotiva (Music for a while, Lamento de Dido), pero fue sobre todo en Haendel donde demostró que su voz se encuentra en un momento excelente. Conservando intactos los agudos (espectaculares en el peliagudo Tornami a vagheggiar de Alcina), ha conseguido una homogeneidad de color y una flexibilidad extraordinaria: las transiciones son de sugerente suavidad, así como los finales, que se adornan a veces con filados delicadísimos (Ombra mai fu). La Vocalise de Rachmaninov y el Someone like you de Adele cerraron fuera de programa un recital que más que cruzar caminos, los inventa.