La construcción de una nueva planta en la fachada monumental de la Casa de la Moneda continúa su curso mientras las críticas por este nuevo elemento arquitectónico en la portada diseñada en el siglo XVIII por el ingeniero flamenco Sebastián Van der Borcht no se han hecho esperar. Como adelantara ayer este medio y tras la denuncia de varios colectivos ciudadanos -entre ellos y el primero el blog Cultura de Sevilla-, la edificación de un remonte en la última planta de esta casa de la calle Adolfo Rodríguez Jurado cuenta, a día de hoy, con el visto bueno de la Comisión de Patrimonio y con la necesaria licencia de obras de la Gerencia Municipal de Urbanismo. Unos permisos que no hacen sino probar, según apuntan diferentes grupos ciudadanos como Adepa y Ben Baso, que "la Comisión de Patrimonio no hace su trabajo y que la Gerencia da licencias cuando no debe", según Juan José Fernández Caro, presidente de Ben Baso. "No me sorprende este nuevo caso en una ciudad obstinada en acabar con su patrimonio", señala Fernández Caro.

La Casa de la Moneda está inscrita en su conjunto como Monumento Bien de Interés Cultural en el BOE en abril de 1970, además de tener, a día de hoy, una custodia específica recogida en el Plan Especial de protección del Conjunto de La Moneda. Una normativa que, según denuncia Joaquín Egea, portavoz de Adepa (Asociación para la defensa del patrimonio artístico de Andalucía), "no se está cumpliendo". El proyecto arquitectónico para su rehabilitación, al que ha tenido acceso Diario de Sevilla, propone "volver a su configuración inicial (siglo XVIII), recuperando la simetría perdida actualmente. Del mismo modo, en relación a los cuerpos edificados en ático se propone retranquearlos para limpiar el paño principal y presentar volumétricamente el diseño monumental de la misma tal y como la concebió Van der Borcht". Para Egea, este ático "es ilegal, nunca ha existido y -continúa- a esta fachada, la más importante del conjunto, no se le pueden agregar elementos ni siquiera reestructuraciones interiores, sólo obras de reforma menor". Asimismo, este portavoz lamenta que, cuando termine la obra y dada "la lentitud de la administración y la justicia", a los promotores "sólo les caerá una multita" una vez que la estética original de este edificio se haya perdido.