Luis Navarro García

Variaciones sobre tema mexicano

  • El 8 de marzo vuelve a México 45 años después. Su cuarto viaje a América. Como Colón. El americanista sevillano rebobina los 27 años de su sitio de Gerona.

EL sitio de Gerona duró 27 años. Éste no lo escribió Galdós. El guión es de Antonio Machado y Juan Ramón. A pocos metros del palacio de las Dueñas donde nació el primero, en la misma calle Gerona donde residió de estudiante el segundo, nació una víspera de Reyes Luis Navarro García (Sevilla, 1937). "El mismo día que el Rey, pero un año antes". Si el monarca nació en Roma mientras se libraba la batalla del Ebro, la guerra civil también marcó el curso vital de nuestro hombre.

Como si el destino intuyera que iba a dedicar su vida a la historia, le puso dos fuentes. En Fuenteheridos (Huelva) nace su padre, Daniel Navarro. Milagros García, su madre, nace en Fuente de León (Badajoz). "Yo soy el segundo de ocho. Casi todos mis hermanos nacieron en Mérida, pero se produjo el Alzamiento y mi padre, que era oficial de Correos, cogió el primer tren de Mérida y se trajo a mi madre. Por eso nazco aquí". La guerra marca su primer sacramento. "El 18 de julio de 1936 salió ardiendo San Román y por eso me bautizan en Santa Catalina. Hoy funciona San Román y está cerrada Santa Catalina". La destrucción del olvido, esa guerra sin muertos. Luis fue monaguillo de las dos.

El título del paseo es el que acompaña a Ocnos en la edición de la obra de Cernuda. El Ocnos particular de Luis Navarro es este dédalo de calles. El americanista viajó a Argentina en 1964, el año que nace Luis, su primogénito. En 1967, el año que nace Javier, viaja a México. Antes, en años correlativos, vinieron María del Pópulo y Fernando; después, Carlos. En 1980 va a Cuba a bucear en sus archivos. El 8 de marzo de 2014 volverá 45 años después a México a recibir un reconocimiento de la Fundación del Banco Nacional de México. Cuatro viajes a América. Como Colón.

El viaje más largo tuvo lugar mucho más cerca. Guarda un recuerdo amable de la ciudad porque lo tenía todo a mano. "El colegio, en los Escolapios; el instituto, en el San Isidoro. La Universidad, en Laraña. Hasta que en tercero de carrera nos trasladan a la Fábrica de Tabacos. Primero se llevaron a los de Ciencias y Derecho. Los de Filosofía y Letras fuimos los últimos. El cambio fue entre Semana Santa y Feria". Como cruzar el Atlántico.

En su promoción, la 53-58, comparte clase con María del Pópulo Antolín, extremeña de Almendralejo, con la que se casaría el 30 de marzo de 1963 en la Capilla Real de la Catedral. Fue la que puso fin al sitio de Gerona. "Nos vamos a Nervión". De ese curso salen cuatro matrimonios: José Joaquín Real y Antonia Heredia; Rafael González Sandino y María Galiana, la abuela de Cuéntame; Alfredo Jiménez Núñez y Beatriz Suñe; Luis y María del Pópulo. La única pareja que está incólume en este inventario de dos viudas y un viudo.

En 1967, cuando México se preparaba para los Juegos Olímpicos de 1968, Luis Navarro les dio sendas conferencias sobre la Sevilla americana y la Real Hacienda que en la primera mitad del XVIII traslada de Perú a México la hegemonía colonial. En Austin, Texas, habló a los estudiantes de las provincias internas de Nueva España, tema que le recuerda uno de sus hallazgos favoritos en el Archivo de Indias: la primera ilustración encontrada sobre los presidiales o soldados de frontera. Cuando el día 8 Luis Navarro vuelva a poner los pies en México D.F. doce Juegos Olímpicos después y un vástago más, renacerá su gratitud hacia los dos principales responsables de su vocación: Emiliano Jos, profesor de Historia en el San Isidoro; y José Antonio Calderón Quijano, americano de ida y vuelta.

"Mi maestro Calderón Quijano era mexicano de nacimiento. Su padre había muerto cuando él nace y la madre, con el niño de meses, se embarcó a España y nunca volvieron. Fue el creador del departamento de Historia de México y a sus discípulos les iba dando temas mexicanos". País a quien el americanista de la calle Gerona que nunca pisó el palacio de las Dueñas dedicó buena parte de la tesina y la tesis doctoral.

En el bar Dueñas, consulado de ajedrecistas, rebobina recuerdos. No descarta escribir sus memorias de historiador "porque tengo la impresión de que el mundo que yo conocí está desapareciendo". Y las técnicas. Sus nietos dominan el power point pero él se quedó en las diapositivas.

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