HACE unos días en un dominical venía un reportaje fotográfico con las personas que integran los Consejos de Administración de diez de las más importantes empresas españolas, de diferentes actividades: banca, nuevas tecnologías, construcción, servicios… que eran impactantes, porque mostraban dónde está realmente el poder, abrumadoramente masculino. En conjunto, eran 89 personas, de las cuales 81 hombres y 8 mujeres; éstas no llegan ni al 10%, y algunas eran las responsables de comunicación o de recursos humanos.

Comparado el mundo empresarial con el de la política, éste es el que más se ha feminizado; tenemos hasta presidentas de Gobierno, alguna reciente, como la de Brasil, que además es mayor y de izquierdas; porque la edad de las mujeres también cuenta, las mayores estamos pasadas, las jóvenes carecen de experiencia o "les ponen", y las de en medio son apéndice de alguien.

Las situaciones de crisis económica no suelen ser beneficiosas para las mujeres, que siempre han sido las grandes paganas de las mismas, y en ésta se está agudizando; los argumentos del neomachismo se incrementan cada día más; cuestionan la violencia de género, con lo de las denuncias falsas, sacralizan la lactancia materna, provocando complejos de culpa en las madres que no pueden o no quieren practicarla, pero nada dicen, por ejemplo, de las operaciones de pecho que les practican a las adolescentes que quieren "triunfar" en la vida, ni de la prostitución, ni de las vejaciones, de palabra y obra que todavía tantas padecen.

Estar en contra de la igualdad vuelve a estar de moda: chistes, falsa literatura y ser muy machos es admirable; las críticas son producto de las feministas resentidas y "subvencionadas"; los más "finos", afirman que sólo contarán con aquellas mujeres que tengan capacidad reconocida, ¿y los hombres, no deben también tenerla? Como siempre, a ellos el valor se les supone y nosotras tenemos que demostrarlo; llevamos siglos con este mismo cuento, por eso tiene tanta importancia, no sólo el discurso inequívoco a favor de la igualdad del presidente Griñán, sino, sobre todo, su aplicación práctica; en su Ejecutiva cuenta con la presidenta, la secretaria de Organización y la de Economía, en los primeros puestos, y en su Gobierno tiene consejeras tan relevantes como la de Presidencia y portavoz del Gobierno, Hacienda y Administración Pública, Igualdad y Bienestar Social y la Secretaria General de la Presidencia, por sólo citar a algunas, pero le critican porque no ha designado a un vicesecretario potente. ¿Las mujeres carecen de méritos? Los de la derecha no se cuestionan, son todos "sabios".