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El temporal causa casi 400 incidencias en Sevilla

  • La lluvia y el viento provocan decenas de inundaciones y caídas de ramas y adornos navideños. Un accidente de tráfico y el derrumbe de un muro, los sucesos más destacados.

La ciclogénesis explosiva que ha azotado a toda Europa durante la Nochebuena y la Navidad ha provocado casi 300 incidencias en la provincia de Sevilla. Desde las once de la noche del día 24 a las cinco de la tarde de este miércoles, el servicio de emergencias 112 registró 380 llamadas relacionadas con situaciones provocadas por el temporal de lluvia y viento. La noche fue especialmente dura, con 220 avisos de once de la noche a siete de la mañana. La mayoría de ellas fueron por inundaciones en sótanos y garajes, coches atrapados en zonas anegadas y caída de árboles, ramas, cables y objetos navideños de los balcones. A medida que fue mejorando el tiempo, las llamadas estuvieron más relacionadas con el viento que con la lluvia, que cesó al final de la mañana de ayer. 

Pese al elevado número de incidencias, no hubo que lamentar daños personales en la provincia de Sevilla y los daños materiales fueron escasos. El episodio más aparatoso fue el derrumbe de un muro en Alcalá de Guadaíra, que destrozó 14 coches que estaban aparcados junto a él. El derrumbe se produjo sobre las cuatro de la madrugada de ayer en la barriada Jardín de Alcalá de esta ciudad, en la que cayeron casi 59 litros por metro cuadrado y se registraron numerosos daños materiales por caída de ramas o farolas en zonas como la avenida Santa Lucía o la calle Filo de Alcalá de Guadaíra. 

Otra de las incidencias destacadas fue una colisión múltiple que tuvo lugar a las nueve de la noche del martes en el kilómetro 41 de la AP-4, a la altura de Las Cabezas de San Juan en sentido Cádiz, donde la caída de un árbol provocó un accidente entre siete turismos y fue necesaria la intervención de los Bomberos. El accidente, pese a su aparatosidad, sólo se saldó con seis personas heridas de carácter leve. 

En Sevilla capital llovió de manera intensa, especialmente entre las tres y las seis de la madrugada, aunque en menor cantidad que en Alcalá de Guadaíra o la zona sur de la provincia, pero se concentraron más de la mitad de las incidencias de la jornada. Los Bomberos y la Policía Local registraron 140 llamadas durante la Nochebuena, la mayoría relacionadas con inundaciones y caída de objetos. Según fuentes municipales, fueron 45 los avisos por acumulaciones de agua en garajes y sótanos -muchos de ellos en la zona de los Bermejales y la avenida de la Palmera- y otras 40 por la caída de ramas, farolas y adornos navideños. La explanada próxima al estadio Benito Villamarín también se inundó y las vallas que cierran el perímetro del Lope de Vega también se cayeron. El Ayuntamiento de Sevilla decidió cerrar los parques durante la jornada de ayer en prevención de posibles caídas de ramas o árboles. 

Las lluvias en la capital fueron intensas, pero sobre todo lo que más se notó fue el fuerte viento. El observatorio de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en el aeropuerto de San Pablo recogió 35 litros por metro cuadrado, mientras que los pluviómetros del observatorio de Tablada acumularon 41 litros. El viento alcanzó en la capital rachas superiores a los 82 kilómetros por hora, en lo que fue la noche más ventosa desde aquella jornada de enero de 2013 en la que se superaron los 100 kilómetros por hora y se cayeron más de un centenar de árboles por toda la ciudad. 

El 112 había decretado el nivel de alerta naranja por fuertes vientos y lluvias, en una noche que se presumía difícil debido a la gran cantidad de desplazamientos que se realizan en la ciudad al ser Nochebuena. También se registraron cortes en el suministro eléctrico en algunas zonas de la ciudad, como Torreblanca. Las incidencias estuvieron repartidas por toda la provincia, ya que el 112 atendió avisos en Sevilla capital, Carmona, San Juan de Aznalfarache, Mairena del Aljarafe, Camas, Coria, Gelves, Bormujos, Tomares, Santiponce, Écija, Brenes, Castilblanco, Arahal, La Luisiana y Peñaflor. 

En Écija volvieron a registrarse inundaciones de cierta consideración, aunque en esta ocasión el culpable no fue el arroyo Argamasilla sino las fuertes lluvias que saturaron la red de alcantarillado.

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