La necesidad de trabajar y la inmediatez exigida para incorporarse al puesto de trabajo les llevaron a aceptar casi de inmediato las condiciones que les pusieron sobre la mesa, que pasaban por pagar cada uno 150 euros en concepto de fianza por los uniformes de trabajo. "Vimos un anuncio en el Cambalache y no nos preguntaron siquiera si teníamos experiencia", afirma Juana Megías, quien hace las veces de portavoz de la decena de empleados que han denunciado ante el juzgado de guardia a Francisco José Espejo Aguilar por el impago de sus salarios y de la citada fianza.

Todos acudieron el pasado día 5 al local, un restaurante situado en el número 5 de la calle Poeta José Luis Núñez, de Espartinas, para limpiarlo y poder empezar a trabajar al día siguiente, como así hicieron. El sábado 7 la actividad también fue normal, pero el domingo se quedaron sin existencias después de que la anterior inquilina, según afirman los denunciantes, se personase con una furgoneta y se llevase lo que había. Entonces se quedaron con los brazos cruzados a la espera de noticias del dueño del negocio. Hasta el pasado lunes. Tras múltiples llamadas telefónicas y reuniones frustradas por la ausencia de Espejo, los trabajadores optaron por presentar una denuncia. En ella se especifica que tampoco fueron dados de alta en la Seguridad Social.

"Nos prometió que nos iba a hacer una transferencia con el dinero que nos debe, pero ni siquiera nos pidió nuestros números de cuenta corriente", afirman los trabajadores, quienes dudan también de que el dueño del local haya podido cobrar el alquiler del restaurante.

"Me trae sin cuidado lo que digan", afirmó Espejo en conversación telefónica con esta redacción, a la que aseguró que hoy, miércoles, los trabajadores serían convocados en el despacho de su abogado para abonarles las deudas -"250 euros cada uno", afirmó- más los 150 euros de los uniformes.

Su abogado, Ignacio Alonso Rojas, sin embargo, negó posteriormente este hecho y aseguró que dicha cita tendrá lugar dentro de unos días, puntualizando que él no posee aún ni el dinero ni comprobante alguno de que los pagos han sido realizados.

"Hay un laberinto de por medio muy complicado", dijo Espejo, quien aseguró que el pago de una fianza por los uniformes por parte de los trabajadores en el sector de la restauración es una norma extendida. Con ello, dijo, se garantiza que nadie se va a ir del puesto de trabajo sin devolver el vestuario. "El dinero se le devuelve a todo el mundo en el momento en el que entrega el uniforme", añadió.

También negó Espejo haber sido condenado judicialmente por impago de salarios, aunque en el Boletín Oficial de la Provincia del 24 de octubre de 2007 consta una sentencia, del 4 de septiembre del mismo año, en el que el Juzgado de lo Social nº 11 de Sevilla, le condenó, como empresario del Café Bar Latino el Rey Paco, a pagar 325 euros de indemnización y 3.109,51 euros en concepto de salarios adeudados a C.J.E. "Esa sentencia fue recurrida y fui absuelto", sostuvo Espejo, aunque no pudo decir qué instancia judicial dictó ese segundo fallo ni cuándo tuvo lugar.