Una vecina de Dos Hermanas ha sido condenada a que retire a sus dos perros de gran tamaño del patio de su vivienda o a tomar las medidas necesarias para que los animales dejen de molestar al vecindario con sus ladridos, ruidos y excrementos. La denunciada C. T. P ., vecina de una urbanización de chalés adosados, tiene dos perros que "no paran de ladrar fuertemente a todas horas" pero sobre todo cuando la dueña no está en casa, lo que se ve agravado porque se trata de una profesional sanitaria que a veces trabaja de noche, según la sentencia. La calle donde vive tiene casas adosadas y varios bloques de pisos, formando un conjunto arquitectónico con zonas comunes.