Una de las noticias desagradables que se encontró el actual consejo de administración a su llegada fue la denuncia de Tam Nsaliwa por incumplimiento de contrato, por la que reclama 900.000 euros al Betis. Ayer, en un juzgado de lo laboral de Sevilla, tuvo lugar la vista en la que el canadiense mantuvo su petición de indemnización, mientras que el club verdiblanco se niega a pagar un solo euro, al entender que no existía vínculo alguno con el jugador.

Nsaliwa fue un fichaje de Luis Oliver por recomendación de Carlos Bucero, por entonces uno de sus asesores deportivos. "Os va a sorprender y sólo nos cuesta 300.000 euros por temporada", llegó a decir el propio Oliver cuando se conoció el interés del Betis en el centrocampista. Días después, y una vez que el equipo bético regresó de la concentración de La Manga, el club informó de que no se le ficharía por recomendación de Tomás Calero, jefe de los servicios médicos, que le había detectado una lesión anterior, que si bien no le impedía jugar sí que podría disminuir su rendimiento. De hecho, Nsaliwa firmó el pasado mes de enero por la Ponferradina, el colista de Segunda, y sólo ha disputado 83 minutos repartidos en cinco partidos partiendo desde el banquillo.

El Betis acudió al juzgado representado por el abogado Óscar Arredondo y el consejero Eduardo Biedma, con el administrador concursal Antonio Jesús Díaz también presente. Como testigos acudieron el doctor Calero, que se reafirmó en su versión médica, y el entonces director de comunicación, Andrés Gutiérrez, que durante el verano acompañó a Nsaliwa y que fue el encargado de comunicarle la noticia de que no ficharía por el Betis, por aquello de su manejo del inglés, pese a que el jugador se entrenó con el filial.

"La postura del Betis es clara, no hay nada firmado y las pruebas médicas que se le realizaron desaconsejaron su fichaje. Parece algo premonitorio porque ahora no juega en el equipo más débil de Segunda", apuntó Biedma tras la celebración de la vista. En el Betis, por tanto, se mantiene cierto optimismo en cuanto a una posible resolución favorable, aunque siempre con la cautela propia de una decisión judicial. El club verdiblanco incluso apuntó el precedente del caso Geli, una situación parecida en la que se le acabó otorgando la razón.