FUE pasante en el despacho de Felipe González. "Díscolo histórico", le llamó Alfonso Guerra. José Manuel Amores (Sevilla, 1947) es el del medio de la foto de la tortilla. Cuarenta años de militancia socialista. Sus otros credos fueron más breves: dos años de cofrade (en Málaga), uno socio del Betis.

-¿Hubo tortilla?

-Aunque Pablo Juliá diga que no, sí hubo tortilla. Yo vivía solo en Marqués de Nervión. Felipe vivía en Espinosa y Cárcel y a veces me invitaba a comer. Se le da muy bien la cocina, pero a la tortilla de patatas siempre le echaba mucha cebolla. Hubo tortilla, queso, naranjas y cerveza. En el centenario de la Cruzcampo, le propuse a un directivo que aprovecharan la fotografía, pero no les interesó.

-¿Era el descanso del guerrero?

-Era domingo y veníamos de perder una asamblea del partido los llamados profesionales, como nos decían, con el sector sindicalista que lideraba Pepe Romero.

-¿Dónde hicieron la asamblea?

-Yo era el encargado por Felipe de contactar con los jesuitas para que nos cedieran el sitio. Ese domingo el mismo local, el salón del cine-club Vida, se lo habían dado a Comisiones y a UGT. Nos tuvimos que ir a otro local de la calle Jesús del Gran Poder.

-Siete hombres y siete mujeres. ¿Precursores de la paridad?

-No todos éramos pareja. A mi lado está Rosa, hija del sindicalista Máximo Rodríguez. Su padre se exilió con la dirección de la UGT a Francia. Fue el que presidió la mesa de edad del Congreso y dijo 118 veces Landelino Ladilla.

-¿Qué le llevó al PSOE?

-Las burradas que les decía a los rojos un teniente en el Soria 9. Yo quise ir de voluntario a la mili, pero en el test psicotécnico decía que tenía poco espíritu militar.

-¿Vivía para el partido?

-Mi casa era una república por la que pasaba gente de toda índole y pelaje. Pepe Romero decidió que era el lugar idóneo para guardar una Rex Rotary 75, una moderna máquina de propaganda. Yo le dije que tenía dos cuartos y alquilaba habitaciones a amigos de la Facultad. Le pedí 2.500 pesetas mensuales y hasta ahora.

-¿Qué recuerdos le trae la foto?

-En otra foto de esa tarde estoy con un jersey que me compré en septiembre de 1973 en Copenhague. A algunos de los que fuimos a una Escuela de Formación que dirigieron en Carmaux (Francia) Felipe y Alfonso, nos invitaron los sindicatos escandinavos a ir a Dinamarca y Noruega. De Dinamarca recuerdo el jersey, que mide el tiempo de la foto igual que el embarazo de Antoñita Iborra, la mujer de Chaves, que estaba de siete meses, y de Noruega el luminoso de Oslo con el golpe de Chile y la muerte de Salvador Allende.

-¿Su primera imagen de Felipe?

-En las prácticas de Derecho del Trabajo, dándonos como libro de texto un informe de la OIT sobre España que estaba prohibido.

-¿Fue a Suresnes?

-Estaba de abogado laboralista en Huelva, y de allí fuimos como delegados Carlos Navarrete y yo. Pero yo salí desde Sevilla con Chaves, Antoñita Iborra y Alberto Marina en un R8 que se acababa de comprar Manolo y aprovechó para hacerle el rodaje.

-¿Estaban muy politizados?

-Había tiempo para el esparcimiento. Alfonso Perales estaba en la habitación contigua y leía un libro de López Ibor sobre sexualidad conservadora y el sexo sin preámbulos de la relación matrimonial. Con esa bibliografía, nos fuimos al cine a ver Enmanuelle.

-La actriz, Silvya Kristel, vino al festival de cine de Sevilla...

-Con Manolo del Valle. Había un lema en las Juventudes Socialistas: para que la revolución estalle, el líder es Manolito del Valle.

-¿Por qué se distancian Felipe González y Alfonso Guerra?

-Yo era socialista-felipista pensamiento Alfonso Guerra. ¿Recuerdas aquello de marxista-leninista pensamiento Mao Tsé-tung?

-¿Cuándo deja la abogacía?

-En 1977.

-¿Cuando España se convierte en un estado de Derecho?

-En un proyecto de Estado de Derecho, porque todavía no habían legalizado al Partido Comunista. Cuando legalizan al PSOE, yo soy el primer liberado, el primero que entra en plantilla del partido.

-En el 77 legalizan al PCE, vuelven los exiliados, el Betis gana la Copa. ¿Es tan bético como Felipe?

-Me aficioné al fútbol cuando vi en el campo del Betis a Brasil contra Rusia en el Mundial 82. Un año fui socio del Betis. Cuando estaba de jefe de gabinete en la Diputación, Emilio Carrillo, que era técnico, pidió en 1985 el ingreso en el PSOE y yo en el Betis. Subieron la cuota y me di de baja.

-¿En el partido también?

-Ahora soy más cliente que practicante. Siempre me ha divertido mucho la política. No entiendo que critiquen el lado lúdico del 15-M. Mi militancia ahora se reduce a quedar con Juan Antonio Barragán, otro de la foto de la tortilla, para ir a manifestaciones.