"Yo soy el acalde de Sevilla y tomo las decisiones que hay que tomar para defender la ciudad". Con estas palabras ha valorado el alcalde, Juan Ignacio Zoido, su papel en la asamblea del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco donde se ha logrado finalmente que Sevilla no forme parte de la lista negra de dicho organismo por la construcción de la Torre Cajasol. En sus primeras palabras públicas desde su llegada a Sevilla, Zoido ha hecho hincapié en la labor que emperederá desde este momento para promover una modificación del PGOU para que no se construyan más rascacielos en la Cartuja, algo que tendría que aprobar la Junta de Andalucía, y un aspecto con el que se ha comprometido el alcalde ante la Unesco.

El alcalde ha atendido a los medios en el mismo aeropuerto a su llegada de San Petersburgo, donde tenía lugar el debate, acompañado por el delegado de Urbaismo y Medio Ambiente, Maximiliano Vílchez y el vicepresidente de Cajasol -entidad que construiye el rascacielos-, Marcos Contreras, y ha subrayado la situación de "debilidad" y "riesgo" con la que llegó la capital al debate respecto a la conservación de su Patrimonio de la Humanidad, calificación que recibe por el conjunto histórico formado por el Real Alcázar, la Catedral y el Archivo de Indias.

"Sevilla llegó a ese Comité en una situación muy débil y arriesgada, pero ha logrado salir reforzada", ha recalcado hasta en cuatro ocasiones el alcalde. Juan Ignacio Zoido, aboga por la creación de un "grupo de trabajo" entre el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos por sus siglas en inglés) y Cajasol, ahora integrada en la corporación financiera Caixabank, para intentar "amortiguar el impacto visual" de la torre de 178 metros de altura promovida por la caja andaluza en la Isla de la Cartuja. Y es que para el mes de febrero de 2013, la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura espera un informe sobre los compromisos asumidos por la ciudad para evitar que sus monumentos declarados Patrimonio Mundial figurasen en la lista del Patrimonio Mundial en peligro.

"Se creará un grupo de trabajo. Icomos debe venir, reunirse con la promotora del proyecto y, entre todos, ver si podemos buscar una solución", ha dicho el alcalde en cuanto a la idea de "amortiguar de alguna forma el impacto visual" de la torre de 178 metros de altura que no para de crecer en la isla de la cartuja, a cerca de 1.600 metros del enclave del casco histórico de Sevilla donde se alzan los citados monumentos. "Estoy seguro de que se llegará a alguna solución", ha enfatizado.

El Ayuntamiento hispalense se ha comprometido también a modificar el planeamiento urbano de la ciudad para "impedir que, en un futuro, nuevos proyectos comprometan el paisaje histórico de Sevilla", así como a la redacción de "planes especiales" de protección para espacios históricos como el barrio de Santa Cruz, el entorno del templo gótico mudéjar de Santa Catalina o la famosa Torre del Oro. "En el entorno del casco histórico no habrá más rascacielos", ha zanjado el alcalde en cuanto a las modificaciones de planeamiento urbano comprometidas ante la Unesco. Igualmente, ha señalado que el Ayuntamiento ha ofrecido la celebración en Sevilla de un congreso de expertos internacionales para reunir "los avances teóricos y doctrinales" sobre la relación entre las ciudades con monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad, los paisajes históricos y "el crecimiento lógico y normal" de tales núcleos urbanos.

El alcalde ha querido agradecer la "sensibilidad y ayuda" de Icomos a cuenta del giro acontecido en la XXXVI sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco y ha asegurado que dicho organismo asesor de la institución internacional "no se va a arrepentir" del contenido de la resolución finalmente aprobada. Ha aludido también a la Junta de Andalucía para lamentar que "no haya trabajado" junto al Consistorio en esta empresa.

Vídeo. Antonio Pizarro