Medio siglo abasteciendo a Sevilla
Emasesa ha tenido que afrontar numerosas situaciones de escasez en el suministro debido a la continua falta de precipitaciones, colocando a la ciudad una y otra vez al borde del colapso
Emasesa está de celebración. La Estación de Tratamientos de Agua Potable (ETAP) de El Carambolo cumplió el 27 de noviembre medio siglo de vida, y la empresa se prepara para cumplir 40 años en octubre de 2014. Durante todos estos años, la compañía ha tenido que afrontar numerosas situaciones de escasez en el suministro debido a la falta de precipitaciones.
La ausencia de agua ha puesto a Sevilla una y otra vez al borde del colapso en los primeros 20 años de vida de la empresa. La primera de las sequías graves se produjo en 1975. En una de las crónicas que recogen los archivos se puede leer: "Catastrófica situación que supone la falta total de agua", llegando incluso a contratarse los servicios de una empresa extrajera especializada en conseguir que llueva. El director general de operaciones de Emasesa, Antonio Díaz Muñoz, asegura que "las sequías son fenómenos habituales. Desde los años 40 hemos sufrido siete".
En los años siguientes, las precipitaciones posibilitaron recuperar ese equilibrio tan necesario en cuanto a agua se refiere. Promovidos por el temor a una nueva escasez, el 6 de abril de 1979 se inaugura la presa del Gergal, la cual permitía una mayor cantidad de almacenamiento de agua para mejorar la capacidad de resistencia a posibles futuros periodos de sequía. Al siguiente año se implantó un nuevo sistema de tarifas con el fin de tratar de incentivar el consumo responsable, y no permitir el despilfarro.
Estas medidas no fueron suficientes. La situación se agravó en 1981 cuando la ciudad sufrió la sequía más extrema hasta que, en noviembre de 1983, volvió a llover con insistencia. El trabajo realizado años anteriores daba sus frutos y las fuertes precipitaciones proporcionaban autonomía para casi tres años.
Durante los siguientes años, Emasesa empezó a prepararse para la Exposición Universal de 1992. En el año 1987 se finalizaron las obras del embalse de Zufre y se asumió la gestión de diferentes poblaciones cercanas a la ciudad. Así, ese mismo año se produjo la incorporación de Dos Hermanas, la Rinconada y San Juan de Aznalfarache; y posteriormente, se incorporaría Alcalá de Guadaíra. Aprovechando este periodo sin sequía, se inicio los trabajos de centralización de señales de calidad de agua, presiones y caudales en un novedoso centro de Telemando y Telecontrol, que permitió centralizar la información y facilitar la toma de decisiones.
El problema de la sequía seguía acechando, y en 1992 comenzó uno de los mayores periodos de escasez de recursos que obligó a poner en marcha numerosas medidas correctivas. La primera de ellas fueron las tomas de emergencia para captar agua del río Guadalquivir directamente, teniendo incluso que acometerse la construcción de una tercera toma y llegándose a implantar restricciones al consumo de agua desde las diez de la noche hasta las seis de la mañana. "Ese año la situación era insoportable, el agua no existía. Se pensó traer agua por barco, incluso se barajo la posibilidad de comprar un iceberg", narra Díaz Muñoz.
Esta sequía perduró hasta noviembre de 1995, momento en que la lluvia regresó a Sevilla. Posteriormente, la empresa modificó los hábitos de consumo para lograr reducir la cantidad por habitante y aumentar el numero de instalaciones destinadas a controlar el consumo de agua, y a evitar el despilfarro de la misma. También se puso en marcha un plan de actuaciones que se materializó en un Manual de Sequía.
Los responsables de la gestión del agua no cejaron en su intento de conseguir aislar a la ciudad de esta situación y promovieron la construcción del nuevo embalse de Melonares, quinto destinado al almacenamiento de agua para uso humano. "Cuando entre en funcionamiento Melonares difícilmente tendremos problemas con el suministro", vaticina.
El director de operaciones asegura que la empresa tiene en sus proyectos seguir mejorando tanto la calidad como la cantidad del servicio, luchar contra las fugas y el fraude de los usuarios, y continuar con el plan de renovación de redes. "Nos gustaría estar integrados con otras empresas públicas de nuestro ámbito provincial", esa es la petición de Díaz Muñoz para los próximos años.
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