JuanIgnacio Zoido. Alcalde de sevilla

"Me votarán por decir la verdad y dar la cara"

  • Zoido afronta su cuarto año de mandato con el 70% de su programa cumplido, según su cálculo, y sin arrepentirse de ninguna promesa, pues todo lo que anunció "era necesario".

A poco menos de un año de que los sevillanos acudan de nuevo a la cita con las urnas para elegir a su gobierno municipal, el alcalde de Sevilla confía en revalidar su mayoría porque asegura que siempre ha dado la cara y no tiene nada de qué arrepentirse. Juan Ignacio Zoido garantiza que jamás abandonará el barco, a pesar de que ha tenido oportunidades, y asegura que no piensa en carreras electorales porque tiene poco tiempo y muchas decisiones difíciles que tomar aún. La entrevista se desarrolla en plena Semana Santa, en la sala capitular alta del Consistorio, donde se amortigua un poco el ruido de cornetas y tambores de la carrera oficial. El alcalde, experto en ganar tiempo al tiempo, hace un alto en una apretadísima agenda donde se combinan, con habilidad y sin ninguna transición, los compromisos municipales con los cofrades y familiares.

-Muchos le critican que el entusiasmo que usted muestra por las Fiestas Mayores y la Navidad no se refleje en otros temas.

-A mí me apasiona Sevilla y soy de la opinión de que hay que aprovechar el impulso que nos dan estas fiestas únicas para volver a ser la Sevilla universal que yo quiero. No es la única ciudad que voy a enarbolar, también esa otra Sevilla moderna, pero sin duda no hay que negar ni renunciar a estas fiestas que nos hacen importantes en el mundo.

-Y cuando se apaguen los cirios, ¿qué Sevilla quedará?

-Una Sevilla que, como todas las ciudades, está pasando por un momento muy complicado. Hemos estado viviendo en una burbuja en la que se ha despilfarrado mucho dinero y que ahora vienen las consecuencias: estamos pagando una obra como las setas de la Encarnación, tenemos que pagar Fibes, estamos siendo condenados a indemnizar a empresarios... Tenemos que poner en orden toda la ciudad.

-Pero cuando asumió su cargo no ignoraba esa dificultad, ¿no?

-Soy consciente de que asumí la mayor deuda que puede asumir un alcalde después de un cambio de gobierno y en las peores circunstancias económicas y financieras. Sabía que la situación era difícil, por eso dije que había que parar, ordenar y empezar a caminar. Y estamos preparando a Sevilla para enfrentarse al reto de atraer inversiones nacionales e internacionales.

-Eso vendrá después. ¿Y ahora?

-El alcalde tiene que seguir siendo embajador permanente de la ciudad. Hoy mismo me he visto con empresarios extranjeros, embajadores que vienen y quieren conocer qué oportunidades tiene Sevilla y hay que aprovechar cualquier cosa para vender ciudad. Vender el talento y también historia. Estamos teniendo esta entrevista en un salón del siglo XVI. Hay que poner en valor la historia y el presente, para prepararnos para el futuro.

-¿En qué se diferencia hoy la ciudad de la de 2011?

-En todo.

-Con sorna dicen que sólo hay más veladores.

-¿Más veladores? Es posible, pero están más ordenados. Es posible también que sea una Sevilla en la que la corrupción ha desaparecido de su Ayuntamiento; una Sevilla con un gobierno que tiene que vigilar que cuando una obra sale en un presupuesto se tiene que ejecutar en ese presupuesto y las setas de la Encarnación se adjudicaron con una concesión y no tenían ni presupuesto cerrado y ni siquiera proyecto de ejecución. Hay más seriedad y hemos transmitido una confianza y una seguridad jurídica que ha permitido que empresas que antes no habían invertido en Sevilla ahora lo estén haciendo. Por tanto, ahora hay una Sevilla distinta y referente en austeridad.

-Pero ¿en qué ha cambiado la imagen de la ciudad?

-Es verdad que nos ha tocado un momento en el que no hay dinero público, ni en el Estado ni en la comunidad autónoma, y que el Ayuntamiento tiene la mayor deuda, pero aun así, estamos arreglando calles y atendiendo los jardines, éstos no se parecen en nada a los de antes, y hemos puesto en valor casi 300 hectáreas de zonas verdes en dos años y medio.

-¿Se arrepiente usted de algo? ¿De alguna promesa?

-No me arrepiento porque todo lo que prometí en su día era necesario. Otra cosa es que nos hemos encontrado una circunstancia distinta, nos habían engañado y eso ha impedido que pudiéramos tener recursos para hacer lo que habíamos prometido. Y lo que sí quiero trasladar al sevillano es que, el día que pueda, todo aquello que prometimos se va a cumplir.

-A un año para concluir el mandato, ¿cuánto ha cumplido?

-Hemos cumplido más del 70% de lo prometido y todavía queda más de un año por transcurrir. No me arrepiento de nada de lo que prometí ni de la obligación que asumí. Jamás abandonaré el barco.

-Oportunidad ha tenido en su partido.

-Pero mi compromiso está con Sevilla, lo sellé en el año 2006 cuando inicié un camino difícil hacia la Alcaldía y no lo abandonaré jamás, por muy duras y adversas que sean las circunstancias, merece la pena. Lo fácil es seguir corriendo y cambiar de responsabilidad. No, hay que quedarse aquí, a pesar de la deuda, de que falte en la caja el dinero de los convenios urbanísticos y haya que seguir pagando indemnizaciones.

-Conocemos las circunstancias, pero prometió ser el alcalde del empleo, y se lo recuerdan.

-El mayor índice de desempleo en la ciudad se ha acumulado a lo largo de los años de gobierno del PSOE e IU. A pesar de los planes 5000, 8000, de los de la Junta... Es verdad que no hemos sido capaces de frenar la caída del empleo, pero igual ocurre en Andalucía; cuando toda España sigue creando empleo, aquí se destruye. Las competencias son de la comunidad autónoma, qué sería de Andalucía y de Sevilla si no hubiera alcaldes del PP poniendo en marcha determinadas políticas y conductas, generando confianzas para que se pueda crear empleo.

-Pero empleo se ha creado poco, ¿no? Ponga ejemplos.

-Hoy podemos presumir de que tenemos una instalación deportiva en Sevilla Este y otra en La Rosaleda que han empleado a 150 personas porque hemos sido capaces de trasladar confianza para que esas empresas inviertan en Sevilla. Bricodepôt y Cotsco, dos multinacionales, crearán 300 nuevos empleos. El empleo es una responsabilidad de la Junta, pero nosotros queremos generar oportunidades en nuestra ciudad. Y si la Junta nos permitiera poder vender el edificio de la Gavidia, eso significaría la creación de 250 puestos de trabajo directos; y lo mismo si aprobara un puente para que pasaran, además de bicicletas y peatones, coches para poner en valor el entorno de la Torre Pelli; o trazar un tramo de la SE-35 para dar servicio a Ikea. A eso me refería cuando dije que iba a ser el alcalde del empleo, a que iba a abrir la ciudad a nuevas oportunidades para que otros vinieran a invertir, pero necesito apoyo de la Junta.

-¿Y no confía en tenerlo?

-Hay que cambiar las políticas de la Junta y los escándalos. Y que se esté hablando en el día de hoy de que se han perdido, se han distraído o se han llevado 2.000 millones de euros... A uno le arde la sangre porque yo pienso en lo que hubiéramos podido hacer en Sevilla con ese dinero.

-¿Esos proyectos que mencionaba antes ya serán imposibles?

-Me resisto a pensar eso. Son proyectos lógicos y que no le cuestan ningún dinero a la Junta, son y deben ser irrenunciables para Sevilla y los voy a defender a capa y espada.

-Pero en el proyecto de Altadis, sí que ha habido un cambio de actitud en la Junta, ¿no?

-Sí, y lo que pido es que se lleve hasta el final para que sea un cambio real, de colaboración mutua y lealtad constitucional.

-¿Teme que sea una pose?

-No lo quiero pensar. Pero si es una pose tendrá al alcalde de Sevilla enfrente. Yo he ido con la verdad por delante, con absoluta transparencia a enseñar el proyecto y el convenio a la presidenta de la Junta. Es una gran oportunidad para Sevilla. Altadis es algo que está cerrado, no produce, impide la conservación de la ribera y que Sevilla esté abierta al río en esa zona. Y es una oportunidad para generar empleo, equipamientos, una sede de distrito y de policía local y un uso comercial que generará riqueza. Jamás iba a consentir que allí hubiera viviendas, ni voy a consentir jamás bajo mi mandato ningún pelotazo urbanístico. El proyecto no tiene aristas y quien quiera encontrarlas que las busque. Me ha costado mucho trabajo el acuerdo con Altadis.

-¿Por qué?

-Porque hay cosas que no vamos a consentir, como uso residencial o entregar nada de dinero a cambio. Sólo hay compensaciones en esa parcela junto al río.

-En el río y su puerto hay muchas oportunidades por explotar.

-Sí. El Puerto tiene por delante un futuro magnífico, sobre todo porque cada vez que ha sido importante para nuestra ciudad ésta ha tenido trascendencia internacional. Y yo por eso he sido de los que he apostado, apuesto y apostaré por un dragado del río que sea respetuoso con las medidas ambientales y a la vez que se garanticen los regadíos en los arrozales. El transporte marítimo ofrece unas ventajas importantes a las empresas y si a ello le añadimos el que podamos tener gracias al Gobierno de España y a nuestra obsesión por tener una zona franca, la primera en Europa en zona fluvial, si lo hemos conseguido y uniendo el dragado del río a ello seríamos muy competitivos y se crearían miles de empleos.

-La zona franca ha arrancado, pero poco más se sabe.

-Lo primero que hicimos fue empezar a tramitarla, porque el anterior gobierno dejó caducar el expediente. Ya tenemos la zona franca y ahora estamos pendientes de concursar y adjudicar el cerramiento. Antes de final de año estará en funcionamiento. Hay muchas empresas que están interesadas, pero la prudencia nos aconseja que no hagamos públicos los nombres.

-Hablamos de oportunidades industriales, pero ¿hay otras comerciales o de ocio en el Puerto?

-Estamos abiertos a cualquier oportunidad.

-¿Eso quiere decir que las hay?

-De momento la prioridad del Ayuntamiento es desbloquear el proyecto de Altadis, el puente que solvente la movilidad en la Torre Pelli, la Gavidia y dar uso a las Atarazanas. No tiene sentido que la Junta de Andalucía no se quiera sentar con el Ayuntamiento de Sevilla para empezar a plantear la reordenación del viario, del entorno, y buscarle todos juntos un destino a ese monumento único y especial que tenemos que proteger.

-La Junta tiene un proyecto.

-Pero no lo conoce nadie y no se puede avanzar. Sevilla no puede perder ya ni un solo día, ni una sola oportunidad más. La presidenta de la Junta marcó cuatro meses para resolver el acuerdo de Altadis, pero podría hacerse antes. Cuando hemos sido capaces de ganarle tiempo al tiempo en los desarrollos del Higuerón Sur, hemos ganado a Madrid y París y conseguimos que la empresa que ha permitido esta celeridad aquí haya sido contratada por multinacionales para que lo desarrollen en París, Lisboa y Madrid.

-¿El Gobierno central sí es un aliado del Ayuntamiento?

-Por supuesto. Nos ha facilitado la zona franca, la SE-35 y pronto será una realidad la parada en el apeadero de tren de los Jardines de Hércules, en Bellavista. También nos ha permitido pagar a los proveedores y que podamos acometer algunas obras. Le sigo pidiendo cosas, naturalmente, pero nos ayuda a pesar de las dificultades y esa colaboración leal es la que quiero con la Junta de Andalucía. Tenemos que superar las diferencias ideológicas.

-Además del empleo, la vivienda siempre surge como otro de los grandes problemas de Sevilla. ¿Emvisesa puede mejorar?

-Hemos heredado una situación francamente dramática. El gobierno anterior se empeñó en encomendarle a Emvisesa una serie de materias que no estaban en su razón social, como la obra de Fibes, porque no lograron que alguien de fuera viniera a ejecutarlas y nosotros hemos tenido que buscar una solución. Hemos cambiado la calificación de algunas viviendas de venta a alquiler, ejecutado 218 viviendas de Nuevo Amate, un proyecto que también estaba paralizado por problemas urbanísticos, y ya hay allí vecinos viviendo. Ahora vamos a trasladar al edificio puente a los vecinos de Los Pajaritos, sin la ayuda de la Junta, que tiene las competencias en rehabilitar y regenerar barriadas degradadas. Estamos solos. Ya dije que Emvisesa se tenía que dedicar a reconstruir barriadas, hemos pedido ayuda a la Junta y tenemos el silencio por respuesta.

-¿El conflicto de la Corrala Utopía ha enconado la situación entre administraciones?

-Aquí el Ayuntamiento va a cumplir con la ley. Lo dije ya hace dos años, la práctica de la patada en la puerta no iba a servir para tener un trato preferencial para ocupar una vivienda. Hay que primar al que tiene mayor necesidad y, además, respeta el estado de derecho. Respeto a la legalidad vigente, no quiero otro criterio. En la ley están contenidas las reglas generales y las excepciones y ley que tiene que ser igual para todo. Todo lo que no sea así es una arbitrariedad, un mal ejemplo, un mal camino que puede generar una espiral que no sabemos hacia dónde nos iba a conducir. Los cambios de la Junta son lamentables. Lo que hay que hacer es trabajar de manera legal para atender a los más necesitados y no a quienes son correligionarios de cada uno. Yo desde luego nunca lo voy a hacer.

-Si se confirman que hay arbitrariedades, como parece, ¿se les darán las viviendas?

-Las viviendas se las ha concedido la Junta. Fomento tendrá que responder del procedimiento y de los criterios que ha seguido para conceder esas viviendas. El Ayuntamiento va a colaborar para determinar quién necesita esas viviendas. La decisión política es de la Junta y ella deberá responder.

-Su gobierno ha saneado las cuentas, pero ha tenido que hacer ajustes y algún ERE y ahora viene la reforma local. ¿Hay motivos para temer más recortes o es que no se ha explicado bien?

-La reforma local tiene un fundamento muy concreto: una administración, una competencia. Aquí no puede sostenerse por más tiempo que una administración tenga una competencia, asuma unas responsabilidades y después no pague, como hace la Junta de Andalucía. En asesorar a la mujer víctima de maltrato, competencia de la Junta, ésta aporta 90.000 euros y nosotros 900.000. La reforma local era necesaria porque todos aquellos organismos intermedios, chiringuitos, tenían que desaparecer. Con esta norma el gobierno anterior no se podría haber endeudado tanto. Así que cuando el PSOE ha querido crear una alarma con la reforma se ha equivocado, las empresas no han desaparecido y el ajuste financiero se está consiguiendo.

-Hay talleres y escuelas, cofinanciadas con la Junta, que se están abandonando, pero se anuncia un plan de reactivación del empleo. ¿Por qué ahora?

-El plan nos permitirá conservar algunas zonas de la ciudad y dar empleo. Como vamos a tener superávit, pues podemos asumir competencias impropias y poner en marcha estos planes, que son complementarios a los de la Junta de Andalucía, que puede seguir con sus escuelas y talleres. En otras comunidades están dando resultados.

-¿A cuáles se refiere?

-Por ejemplo, Madrid, que baja los impuestos y desarrolla políticas de empleo que facilitan que el desempleado se adapte a la oferta con la formación oportuna. Yo, estando en la oposición, decía que no hacían falta más escuelas y talleres de construcción porque no se edificaban viviendas, y sí por ejemplo de jardinería, o de formación profesional básica para acceder luego a puestos de I+D. No es fácil, pero ahí estamos trabajando.

-La primavera se presenta calentita laboralmente.

-Los sindicatos saben que este Ayuntamiento desde el primer momento les ha dicho la verdad. Los primeros que nos apretamos el cinturón fuimos nosotros, se redujo el gasto corriente y hemos sido austeros, empezando por el gobierno local. He pedido comprensión y es verdad que se han disuelto sociedades, pero porque no tenían razón de ser y las decisiones judiciales nos avalan. Y no me han dado ninguna facilidad. No se me ha olvidado el día de mi toma de posesión, después de haber ganado legítimamente unas elecciones, y la vergüenza que pasaron personas de todas las ideologías y condición social que tuvieron que pasar de tapadillo [para evitar la protesta sindical] por la Plaza Nueva. Los intereses generales de la ciudad están por encima de los intereses del alcalde y del gobierno de la ciudad. Ninguna presión me va a apartar del camino recto, no acepto chantajes. Tendré que dialogar hasta la extenuación con los sindicatos, pero no cederé. He garantizado el empleo y el carácter público de las empresas, a pesar de que decían que las privatizaríamos, y hemos incorporado incluso a trabajadores para que Sevilla sea más competitiva y sea mejor para vivir y para trabajar. Por otro camino no me encontrarán.

-¿El modelo de concesiones administrativas que se ha puesto en marcha en las instalaciones deportivas es exportable a otras?

-No. Además, es el mismo modelo que usaban el PSOE e IU, sólo que ellos se quedaban a medio camino y había gestoras que no rendían cuentas. No se trata de privatizar, sino de poner orden en el caos.

-Siguen apareciendo escándalos. ¿Quedan más por aflorar?

-No lo sé, pero no me extrañaría. Lamento que puedan seguir saliendo. Diría muy poco de Sevilla. Nos dieron la confianza para pasar página y lo primero que hice fue devolver a la oposición a todas las empresas públicas y es la política que sigo: recuperar el prestigio y no dar lugar a ningún tipo de creencias de que aquí hay algo oculto.

-¿Los escándalos perjudican al gobierno de la ciudad, aunque pertenezcan a otras etapas?

-Dañan la imagen del servicio público. Pero yo creo que los sevillanos saben muy bien qué etapa había anteriormente, con qué se desayunaban cada mañana y qué es lo que ha pasado después. Confío en el saber de los sevillanos.

-A la vuelta de la esquina está la campaña electoral.

-No quiero pensar en ello porque tengo por delante todavía muchas decisiones difíciles que tomar, muchos proyectos que sacar adelante a pesar de las zancadillas de la Junta y seguir pagando deudas que aparecen mes tras mes de la etapa anterior. Sólo tengo tiempo de gobernar todos los días.

-¿Qué le dicen estos días en los barrios? ¿Hay reproches?

-La gente es consciente de la situación. Y la mayoría de los proyectos se han ejecutado. ¿Dónde están los megaproyectos prometidos? No los había. Había uno fundamental: parar, ordenar y comenzar el camino. Hemos saneado las cuentas, recuperado la confianza de los ciudadanos, abierto los distritos, por mucho que diga la oposición que no es así, a todas las asociaciones. Ya no hay asociaciones de unos y de otros sino que todas tienen su derecho reconocido y son atendidas con el mismo interés piensen como piensen sus asociados. El hecho de tener un delegado en cada distrito nos ha dado mucha cercanía a las personas y proyectos como la poda han sido importantes, porque algunos vecinos me dicen que no se había podado en 15 años. Se han hecho muchas cosas, como asfaltar calles o arreglar jardines. No es el momento de grandes proyectos, nadie los hace. Pero sí es verdad que se están tramitando y poniendo en marcha proyectos de los que ya se había hablado y antes que termine el mandato estoy seguro que vamos a tener un nivel de cumplimento del programa altísimo y eso nos dará credibilidad. Y otros planes quedarán en ejecución. Cuando llegamos no había ni un solo proyecto en el cajón que estuviera desbloqueado para ponerlo en marcha al día siguiente. Eso ya no va a pasar en los próximos años. Si hemos tenido que pagar hasta el publirreportaje de Fernando Alonso cuando corrió con Renault en la Avenida de la Palmera en 2011...

-Pero si los ciudadanos le devolvieran la confianza en 2015, ¿habría cambios en su gestión?

-Pues entonces nos preocuparía captar más empresas para la zona franca, inaugurar más zonas y pensaríamos en desarrollar ya el tema aereoespacial. Vamos a poner una zona importante a disposición de ese sector junto al aeropuerto. Y relanzar el Puerto. Seguiremos con el turismo de congresos y cruceros y desarrollando el Higuerón Norte y Sur y la zona del nuevo Ikea. Estamos hablando ya de una dimensión de ciudad totalmente distinta. Y para entonces la construcción se volverá a reactivar y todo estará mucho más ordenado. Ya no habrá ninguna foto propagandística, cuando alguien venga a invertir todos los equipamientos estarán terminados para que se puedan establecer. Y, a pesar de las dificultades, se empezará ya a reconstruir Los Pajaritos y cada año existirán menos infraviviendas.

-¿Y por qué cree usted que los ciudadanos le devolverán la confianza en 2015?

-Por mi rigor, seriedad, compromiso y, sobre todo, por decir la verdad. Y, además, hay algo fundamental, por la tolerancia cero con la corrupción. Jamás me temblará el pulso con la corrupción. Y por dar siempre la cara.

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