Anecdatorio en Sevilla

"¡Qué bien suena la Marcha Real en Sevilla!"

  • La plaza se llenó aquella corrida de Corpus de 2008, pero el Monarca tardó en saber la verdadera causa.

La tierra de la infancia de su madre, donde están enterrados los padres de doña María. La ciudad donde se casó su hija mayor. Donde está el palacio real en uso más antiguo de Europa. Y donde dispone de una antigua sociedad por la que se canaliza buena parte de su relación con Sevilla. La gran ventaja de Sevilla a la hora de relacionarse con la Casa Real es contar con una institución privada nacida en el siglo XVII para servir al Rey: la Real Maestranza de Caballería. Alcaldes y autoridades ha tenido la ciudad que han reconocido que esta sociedad nobiliaria es un valor añadido para tener hilo directo, fluido y eficaz con la más alta magistratura del Estado. La Real Maestranza cuida del Rey en sus visitas a Sevilla hasta en detalles que nunca habían trascendido hasta ahora. Y que el rey Juan Carlos ha tenido en alta consideración a la Real Maestranza sevillana lo demuestra que en su día dejó que el título de hermano mayor lo ostentara su padre, el conde de Barcelona, hasta su muerte.

El 22 de mayo de 2008 se inauguró el monumento a doña María de las Mercedes, una estatua ecuestre ubicada en el Paseo de Colón, justo delante de la Casa de la Real Maestranza. Don Juan Carlos presidió esa tarde una junta de caballeros maestrantes, la inauguración del monumento y la tradicional corrida de toros del Corpus. El cartel, formado por Curro Díaz, Salvador Vega y Oliva Soto (que tomaba la alternativa) no había levantado gran expectación en la afición, en sintonía con una jornada festiva que hace años que dejó de generar interés entre los taurinos. La Real Maestranza se movió todo lo que pudo para asegurar el lleno. Miles de soldados de la Fuerza Terrestre y de guardias civiles de paisano poblaron los tendidos de sol, de tal forma que don Juan Carlos, ajeno a todos estos detalles, se sorprendió de la compostura de la afición al acceder al Palco del Príncipe. Así lo comentó con Alfonso Guajardo-Fajardo, entonces teniente de hermano mayor de la Real Maestranza:

-¡Qué bien suena la Marcha Real en Sevilla!

-Así es, Señor.

-Y qué curioso lo respetuosos que son los aficionados de sol, mucho más que los de sombra. Esto sólo pasa en Sevilla.

El Príncipe de Asturias refirió meses después a Guajardo-Fajardo la impresión tan positiva que se llevó el Rey. Y el teniente de hermano de mayor le contó la verdad sobre aquellos aficionados que oían en posición de firme la Marcha Real interpretada por la Banda de Tejera. El Rey se acabó enterando y así se lo demostró al teniente en una audiencia al recordarle -otra vez- lo bien que sonaba la Marcha Real en la plaza de toros de Sevilla. Y el Monarca apostilló:

-Y con el personal que había en los tendidos de sol, aún más...

Guajardo-Fajardo estaba este lunes camino de Madrid -precisamente para ver este martes al Rey y al Príncipe de Asturias en un acto- cuando se desayunó la noticia de la abdicación, un hito que le inspiró un pensamiento: "Es de bien nacidos ser agradecidos".

Si en el clero de Sevilla hay alguien que conoce al Rey desde niño es el canónigo Camilo Olivares, prelado de honor de Su Santidad, que ofició muchas misas en Estoril, donde los condes de Barcelona estuvieron exiliados durante el franquismo. "Allí, en Villa Giralda, saludé muchas veces a don Juan Carlos, que era un niño. Después tocaba regresar a España y desmontar tantas calumnias como se decían". Este capellán de honor de los condes de Barcelona acompañó varias veces a la familia en sus peregrinaciones a Fátima. Ayer se llevó una gran sorpresa: "Me quedé consternado, pero al mismo tiempo hay que valorar la tranquilidad que da la continuidad dinástica. Y este Rey nos llevó con toda calma de una férrea dictadura a un régimen democrático".

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