Cómo evitar la pobreza de espíritu

HESÍODO escribió Los trabajos y los días para explicarle a su hermano Perses cómo evitar la pobreza. Un tratado de agricultura en el que "entre arados, cosechas y toneles, Hesíodo nos habla de Pandora, la mujer curiosa; y de Prometeo, que quiso ayudar a los mortales". El entrecomillado pertenece a Teresa Fernández, profesora del IES Macarena que eligió ese título de Hesíodo para titular el libro con los trabajos de los catorce alumnos de la asignatura de Proyecto Integrado de primero de Bachillerato en dicho centro.

Estos deberes escolares se han convertido en un delicioso volumen, una exaltación por parte de sus jovencísimos autores -"Empezad vosotros, que aún sois puros y alegres", escribe Felipe Benítez Reyes en el poema que introduce el libro- del valor de las palabras, confiados en que su valor "aún puede cambiar el mundo o, al menos, vuestro día".

"Escribir es la aventura de buscar", escribe el filólogo Manuel Yruela en el prólogo de Los Trabajos y los Días, poniendo como ejemplos las búsquedas que Cervantes y Melville hicieron con don Quijote y Moby Dick.

La idea de Teresa Fernández era "trabajar la escritura como una herramienta más para mejorar su destreza académica" y así aparecieron estas historias "sobre héroes y dioses" de alumnos de primero de Bachillerato.

"Escribo mal, pero escribo". Jessica Antonella Coloma se confiesa en su poema Inmadurez literaria, en la primera serie, titulada Escribir. La segunda se titula Reescribiendo los mitos y por Lucía Mansilla sabemos que hubo un tiempo en que París no tenía acento porque Paris era "el joven y hermoso príncipe de Troya".

Juan Montero, uno de los más fecundos escribidores, narra su particular versión del cuento de Navidad de Mr. Scrooge, el personaje de Dickens. En Amores que matan, Pilar Guerrero hace un poético relato del episodio de los molinos y los gigantes del que sale triunfante Dulcinea.

"Queremos enseñar a los clásicos", cuenta la profesora Teresa Fernández, "y quebrarlos con visión irreverente". Clásicos desde el propio Hesíodo que es inspiración del proyecto, a nombres consagrados de la literatura como Jorge Luis Borges o Jaime Gil de Biedma. Para desengrasar tanto atrevimiento, hay un capítulo en el que de forma "burlona" se afrontan sucesos cotidianos acaecidos en el instituto.

Se titula con cierto retintín narrativo Semana del Crimen en el Macarena, que suena a homenaje a Ángela Lansbury, la actriz que protagonizaba la serie de televisión Se ha escrito un crimen. También era Ms. Moore, la suegra de Pasaje a la India, pero ésa es otra historia. En uno de esos relatos, titulado La letra con sangre entra, Pilar Guerrero cuenta una historia de misterio y sangría en la que aparecen las profesoras Pilar Oso y Paula Garvín.

Hay un poema de Borges que es una clasificación de catorce tipos de animales, el mismo número de alumnos participantes en el proyecto. Este capítulo lo han titulado Clasificando a los alumnos del instituto siguiendo a Borges. Proponen siete clasificaciones, algunas divertidísimas, como la que hace Nerea Martínez: el sabelotodo, el pelota, el envidiado, "no hace nada y siempre aprueba", o el ambicioso, "se enfada por sacar ochos".

En Las influencias de mi vida, tres alumnos hacen alardes de poesía para saldar sus deudas de gratitud con amigos, familiares, maestros, incluso con Federico Moccia y la música de Haydn, Haëndel y Vivaldi. En los 25 años de su muerte, al poeta barcelonés le agradaría la ausencia de olvido en un apartado titulado Después de leer 'Contra Jaime Gil de Biedma', un poema autocontrabiográfico que empezaba: "De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso".

Cuatro alumnos de aquel primero de Bachillerato se atrevían con poemas modernistas. Yasmine el Idrisi, autora de uno de los poemas gráficos que ilustran el libro, y Remedios Martín, firman el último apartado, el titulado Otros. Otras debería llamarse, porque la mayoría es aplastante: de las catorce voces de esta singular antología, diez son femeninas, cuatro masculinas.

Los trabajos y los días. A mayor gloria de Hesíodo, clásico griego junto al Mercadona reciclado con Borges y Jaime Gil de Biedma.